«Al final vamos a convertir el sistema educativo en una prueba para mejorar en PISA»

  • «La educación es mucho más de lo que se ve en ese informe, pero muchos creen que lo que se ve ahí es todo»
  • El doctor en Sociología y experto en educación José Saturnino García lamenta que se dé tanta importancia a la prueba de la OCDE
  • «Es importante que el impulso del cambio lo den los profesores. Si el profesor no está convencido, no lo hará bien»
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Entrevista a José Saturnino García, sociólogo especialista en Educación

Otra vez PISA nos da una mala noticia. Los adolescentes españoles se sitúan 23 puntos por debajo de la media de la OCDE en la resolución de problemas. La conclusión de la secretaria de Estado de Educación acerca de estos resultados es que la escasa habilidad para aplicar sus conocimientos a cuestiones de la vida cotidiana tiene que ver con el sistema educativo. Para José Saturnino García, sociólogo especialista en Educación y profesor en la Universidad de La Laguna, hay que analizar los datos y no caer en los titulares alarmistas. Y, sobre todo, encarar cambios para mejorar el sistema pero no «hacer un sistema a la medida de este examen internacional»

¿Qué interpretación tienen los resultados que ha presentado Educación sobre resolución de problemas?

La cuestión está en que en aquellas pruebas que exigen competencia estamos un poco mejor, y en las que exigen resolver problemas estamos un poco peor. La sensación es que la formación que tienen las escuelas españolas no orienta bien para la resolución de problemas nuevos. En cuestiones como matemáticas la didáctica se orienta a que el alumnado identifique cierto tipo de problemas y los resuelva, en lugar de que sea capaz de identificar nuevos problemas.

¿Educamos mal entonces? ¿Hay que cambiar el sistema como dice Montserrat Gomendio?

Yo diría que no educamos mal en el siguiente sentido. En las pruebas convencionales de PISA estamos en matemáticas muy cerca de la media. En la capacidad de innovación sí lo hacemos un poco peor. La posición ordinal de España es baja (entre los puestos 25 y 30 de las tres categorías analizadas) pero la distancia respecto a la media no es tan alta. Hablamos de un trimestre de retraso en realidad.

No hay que volverse loco con las competencias. En cierta medida las competencias son subproductos del aprendizaje. Si planteas que hay que adquirir competencias en el vacío sería un absurdo. Como ser buen deportista. No lo eres en el vacío. Lo eres en salto de altura, fútbol o lo que sea. La competencia se desarrolla mediante conocimientos curriculares concretos. Luego se puede orientar hacia la reproducción memorística o de resolución de conflictos, y la escuela juega un papel importante ahí.

¿La LOMCE va a solucionar este problema como defiende el Gobierno?

Por lo que ha dicho incluso Gomendio, parte de la orientación que va a tener la LOMCE va a ser entrenar para PISA. Saldremos mejor en esas competencias, pero no está claro que va a pasar en las demás. Tampoco está claro que mejorar en PISA sea lo más apropiado. Cualquier buen sistema tiene que rendir bien en PISA, pero hacer un sistema para quedar bien en PISA está tensionando demasiado el sistema.

¿Qué debemos cambiar?

En algunas áreas de conocimiento como matemáticas algunos cambios en el enfoque didáctico podrían ser buenos para mejorar en PISA. La cuestión está si el sistema debe ir a mejorar en PISA o mejorar la educación, al final vamos a convertir el sistema en una prueba para mejorar en PISA, y tampoco es eso. Hay que tener en cuenta dos cosas. Una es que podamos mejorar la manera de enseñar las matemáticas, y otra es cómo queremos hacerlo. El riesgo que estamos corriendo es que el curriculum se va a definir como un entrenamiento para PISA.

¿Quién debe llevar a cabo los cambios? ¿Los profesores, como quiere el Gobierno? ¿O deben ir orientados desde el Ministerio de Educación?

Aquí ha habido un debate, porque cuando Finlandia lideraba PISA se resaltaba que daba mucha autonomía a los profesores. Ahora son los asiáticos quienes mandan, y parece que hay que hacer lo que ellos hacen. Por un lado el modelo finlandés pareció lo mejor durante nueve años. Pero no ha sufrido cambios y se ha quedado atrás. ¿Por qué? ¿Por no hacer cambios, por que se han relajado? ¿O porque llevan sus propios ritmos y esto no se ve reflejado en PISA?

El impulso importante en esto es que sean los profesores. Si lo viven como una imposición, no sale adelante. Hay un dicho en este mundo que dice «no es cómo las reformas cambian el sistema, sino cómo el sistema cambia las reformas». Al final los cambios se aplican en el aula. Si el profesor no está convencido no lo hará bien. Es más importante la seducción que la imposición.

Pero a la vez se cierran centros de formación, se recorta…

Hacer una reforma a coste cero es absurdo. Siempre va a haber un coste. En dinero, horas del profesorado gratis o algo.

¿Tiene sentido que se propongan estos cambios sin cambiar el acceso y desarrollo de la carrera docente para atraer a los mejores a la docencia?

Es un elemento, pero que por muy bien que lo hagamos se notará a muy largo plazo. Por muy buena que hagamos la selección hoy, estos profesores no harán cambios a corto plazo. Esto no es la solución de un año para otro. Es para 10 o 15 años, y los ritmos electorales son cada cuatro años.

¿Está el profesorado implicado y motivado?

Sobre esto no puedo pronunciarme. La mayor parte del profesorado está bastante entregado y motivado. Luego puede haber un 10-15% de no motivados. El problema no es tanto que haya muchos o pocos que lo hacen mal como que esos pocos es difícil sacarlos de ahí. El problema de las consecuencias para los profesores es que o no ha habido mejoras o incluso ha habido empeoramientos. El proceso de aprendizaje es tan complejo que si se le quieren exigir demasiadas responsabilidades al profesorado éste va a hacer trampas para salir bien ahí. Hay que formarles bien y dejarles que se autorregulen, que ellos mismos sean capaces de sacar un elemento que no rinda bien.

¿Tiene PISA un enfoque demasiado mercantilista, como señalan sus críticos?

Se orienta a aquellas áreas de conocimiento más fáciles de medir, y estas son también las que tienen más en cuenta el mercado de trabajo. Por ejemplo, es muy difícil evaluar historia o el dominio de un instrumento musical o del arte en 65 países. Pero es fácil saber si uno sabe leer o escribir. La propia naturaleza hace que se vaya a evaluar estos conocimientos. Pero PISA da la información suficiente para obviar estas acusaciones y contradecir este enfoque mercantilista. Tiene todo para provocar un debate sobre la educación, que es lo que a mí me interesa.

¿Lo consigue? ¿Se debate sobre PISA o el titular fácil y el puesto en la clasificación de países acaparan la atención?

Está contribuyendo mucho a que se conozcan mejor los sistemas educativos. Ha sido como el primer telescopio en la educación. Lo hemos puesto y se han empezado a ver muchas cosas. El problema es que la educación es mucho más que lo se ve ahí. Y mucha gente cree que lo que hay ahí es todo. Y ahí se distorsiona el debate. PISA es una buena herramienta para evaluar el sistema educativo, pero el sistema es mucho más complejo que eso.

Resultado de uno de los problemas de tráfico en PISA.

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