Desmontando PISA

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La OCDE no es un organismo internacional especializado en la educación, como lo es la UNESCO

¿Por qué un organismo pensado para el fomento de la economía de mercado se encarga de gestionar unas pruebas sobre la situación de los sistemas educativos del mundo? ¿Por qué no la UNESCO?

El Informe PISA ya está aquí, nuevamente. La OCDE acaba de publicar los resultados de las pruebas realizadas a más de 500.000 alumnos de 15 años de 72 países participantes, de un total de 29 millones de alumnos de esta edad. El Informe sólo evalúa las competencias en tres ámbitos: matemáticas, lectura y ciencias.

El Informe PISA aspira a ser una foto del estado de la situación de los sistemas educativos de los países participantes. Pero vista la cuota de participación de alumnado y las competencias que evalúa, la primera cuestión que deberíamos plantearnos es si los resultados del Informe PISA son fiables para realizar dicho diagnóstico.

Pero más allá de eso, lo que pretendemos con este artículo es cuestionar la metodología y los intereses que esconde PISA y, sobre todo, el uso que se hace por parte de los gobiernos miembros de los estados que conforman la OCDE.

Comenzaremos por cuestionar el organismo que se encarga de gestionar estas pruebas: la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Este organismo internacional reúne 35 países de todo el mundo y su objetivo es «promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo». Son países con economía de libre mercado que pretenden conseguir la «más fuerte expansión posible de la economía y el empleo».

La OCDE no es un organismo internacional especializado en la educación, como lo es la UNESCO. Más bien, lo que pretende es utilizar la educación para los intereses de la economía de mercado. Hay que tener en cuenta que la economía capitalista siempre busca constantemente nuevos mercados y la educación es un campo muy tentador.

Por tanto, una segunda cuestión que hay que plantearse es: ¿por qué un organismo pensado para el fomento de la economía de mercado se encarga de gestionar unas pruebas sobre la situación de los sistemas educativos del mundo? ¿Por qué no la UNESCO? ¿Qué intereses tiene la OCDE en los sistemas educativos? Se preocupa por el nivel de conocimientos del alumnado o lo que pretende es saber cómo influir en el sistema educativo para que las economías capitalistas en saquen provecho? La misma OCDE afirmaba en 1997 que «la principal estrategia preventiva contra el paro consiste en procurar que los jóvenes hayan adquirido, al acabar la escolaridad, las competencias, los conocimientos y los comportamientos que hacen que un trabajador sea productivo y ocupable». Toda una declaración de intenciones de lo que debe ser el sistema educativo.

Pero, ¿quién elabora las pruebas? De un organismo internacional formado por gobiernos cabría esperar que las pruebas las elaborara el mismo organismo público. Pues no. Las elabora una empresa privada. Y no es una empresa cualquiera. Se trata de la editorial británica Pearson, multinacional especializada en libros de texto y propietaria, además, de los medios de comunicación Financial Times y The Economist, nada influyentes en el ámbito internacional.

Pearsons no sólo elabora las pruebas, sino que también las corrige. Y aporta las soluciones para mejorar el rendimiento de los sistemas educativos a partir del Informe PISA a través de sus productos. Un negocio redondo, por tanto.

Y qué miden las pruebas PISA? Sólo tres ámbitos: matemáticas, lectura y ciencias. El resto de ámbitos no interesan: ni la filosofía, ni la historia ni la literatura, ni las artes, ni … Además, sólo analiza las competencias, es decir, lo que un alumno es capaz de saber hacer. Es decir, lo que interesa a la economía de mercado. La capacidad crítica, la capacidad de empatía, la capacidad de trabajo colaborativo, etc., quedan fuera del que mide PISA. Porque, para el capitalismo, qué interés puede tener todo esto?

PISA_BigPisa y la LOMCE

Podemos analizar, además, el uso que se hace de los resultados del Informe PISA, que no son otros que establecer rànquins entre países, a partir de unas pruebas que no todos los países tienen por costumbre realizar en su práctica diaria, con lo cual también se tergiversan los resultados. En el País Valenciano, por ejemplo, no trabajamos ni los contenidos ni las competencias de la misma manera que en otros países europeos, que están más preparados para el modelo de pruebas PISA.

Y finalmente, qué uso se hace de los informes PISA? Aquí es donde verdaderamente radica el peligro. Se usan para justificar leyes educativas, como la LOMCE. Basta con mirar el preámbulo de la ley más rechazada por la comunidad educativa: «La técnica normativa elegida, de modified limitada de la Ley Orgánica de Educación (LOE), responde a las Recomendaciones de la OCDE basadas en las prácticas de los países con sistemas Educativos con mejores Resultados «.


(Traducido del valenciano).

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