«Hay gente arruinada y sin expectativas de vida por culpa de un máster que a Cifuentes se lo han regalado»

  • La Asociación de Afectados por las becas préstamo denuncian el «doble rasero» de cómo un préstamo puede arruinar la vida a quien se esfuerza por aprobar mientras que a los privilegiados se les regala
  • El abogado de la asociación critica que las entidades financieras colaborativas realizan llamadas amenazantes a los alumnos, que se ven imposibilitados a pagar las deudas del programa de préstamos
  • Continúan las protestas en torno a la polémica sobre el máster en el que se matriculó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes.

Cifuentes-MasterEste martes fue el turno de la Asociación de Afectados por el Préstamo Renta Universidad, que declaró que los estudiantes que accedieron al programa de préstamos  para financiarse sus másteres se sienten «ahogados» por el Ministerio de Educación mientras que a la líder regional, en cambio, le regalaron la titulación de posgrado. «La gente está verdaderamente indignada por el doble rasero de cómo un préstamo puede arruinar la vida a quien se esfuerza por aprobar un máster y, sin embargo, a los privilegiados como Cifuentes, y parece que también a Pablo Casado, se les regala», critica Miguel Ángel Llamas, abogado de la asociación, en conversación con infoLibre.

«Hay gente arruinada y sin expectativas de vida por culpa de un máster que a Cifuentes se lo han regalado», lamenta Llamas. Por eso, afirma que muchos de los jóvenes afectados por este tipo de becas préstamo se sienten en una situación de «indignación total». «Entendemos que hay un contraste muy evidente entre los privilegiados y las personas de a pie que sufren las consecuencias de la falta de responsabilidad de los políticos», denuncia.

El Ministerio de Educación puso en marcha este programa en el año 2007 con el objetivo de que los estudiantes con rentas bajas pudieran financiarse sus estudios de máster, los mismos que, supuestamente, cursó la presidenta de la Comunidad de Madrid. Durante este año, explica la asociación a través de un comunicado, los préstamos sólo tenían que devolverse a las entidades financieras si los titulados ingresaban menos de 22.000 euros al año. Pero, en el curso 2008-2009, llegaron los problemas. «El Ministerio hizo un cambio sin aviso previo», denuncia Llamas. La institución eliminó este umbral y comenzó a reclamar los créditos, con intereses incluidos, a todos los estudiantes. Sin excepción. «Ni siquiera cambiaron la denominación de ‘préstamos renta'», recuerda Llamas.

Alrededor de 1.000 jóvenes –según datos aportados por los propios afectados– se encuentran, desde entonces, en una complicada encrucijada. Acabaron sus posgrados hace años, pero en este tiempo la crisis económica sólo les ha abierto las puertas de la precariedad. O están en el paro o, si tienen trabajo, es tan precario que no les permite emprender un proyecto vital autónomo. Y tampoco hacer frente a los pagos con intereses de estos préstamos que firmaron cuando pensaban que una mejor formación les ayudaría a conseguir un buen empleo. «Hay algunas personas que sí han podido pagarlo pero hay una gran masa que por la situación actual de desempleo o de salarios de miseria no pueden hacer frente al pago de las cuotas», explica el abogado.

Y, mientras, «las amenazas de los bancos son continuas«, asegura. «Realizan llamadas en las que se amenaza con llevar a los tribunales a los estudiantes, algo que ni siquiera pueden hacer porque lo que reclaman es dinero público», critica. De hecho, asegura, el propio Ministerio reconoce la existencia de irregularidades en el programa. «Pero no toma la iniciativa de solucionarlo».

No descartan emprender la vía penal

«Hace poco más de un año presentamos una reclamación patrimonial contra la Administración», explica Llamas, «la vía previa para acudir a un procedimiento judicial». Sin embargo, continúa, los retrasos en la respuesta han provocado que la asociación dé un ultimátum a la institución y acuda a los tribunales. «Contra el Ministerio, que tiene responsabilidad en el diseño y ejecución del programa, y contra las entidades financieras». Contra estas últimas, de hecho, anuncia emprender la vía penal si persisten las amenazas hacia los estudiantes.

«La Asociación de Afectados por el Préstamo Renta Universidad exige al ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, que conteste de una vez a la reclamación y que se reúna con los afectados en lugar de apoyar a la presidenta Cifuentes», indican los estudiantes mediante un comunicado. Según consideran, «el ‘caso Cifuentes’ supone un verdadero agravio a los miles de jóvenes que se han endeudado y que se encuentran en una situación de vulnerabilidad social por aprobar un máster con enormes esfuerzos personales y económicos», añaden.

Esta denuncia se produce un día después de que un multitudinario grupo de estudiantes recorriera este lunes las instalaciones de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) en el campus de Vicálvaro (donde se imparte Derecho) y reclamaran la dimisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, y el rector de la institución, Javier Ramos. Además, los estudiantes prevén convocar este jueves una concentración en la Puerta del Sol, frente a la sede del Gobierno central a las 18.00 horas, para reclamar la renuncia de Cifuentes al grito de «Vamos a Sol, queremos dimisión«.

La única que se ha producido, hasta ahora, ha sido la de la subdirectora del Instituto de Derecho Público de la Universidad Rey Juan Carlos, Laura Nuño, que presentó su renuncia este martes, el mismo día que eldiario.es adelantó una información en la que se alude a la convalidación de tres asignaturas a la presidenta regional en su máster con firmas de docentes que habrían sido presuntamente falsificadas.


Enlace noticia: www.infolibre.es

Carta de una profesora del máster de Cifuentes: ‘Los compañeros de Cristina

  • Escribo esta carta por respeto a mis alumnos ordinarios de todos los cursos académicos. Personas decentes, que algo aprenderían de las materias que impartí, me recuerdan, curso tras curso, que la ambición profesional sólo tiene sentido cuando está al servicio de la calidad personal

Estimada Cristina,

No sé si me recuerdas; francamente, yo a ti no… pero han pasado varios años desde que parece que fui tu profesora en el curso 2011/2012, y superado sobradamente el medio siglo de vida cada vez tengo menos certezas; si lo parece… pues será.

Me permito escribirte sin mayores ceremonias ni protocolos, no obstante tu actual posición institucional, incluso utilizando el tuteo que utilizo con todos mis alumnos.

Ya que la modalidad en que desarrollaste tu Máster no nos dio la oportunidad de coincidir personalmente, no querría que dejaras de ser consciente de cómo discurrían las clases con los alumnos ordinarios, lo que también forma parte de la experiencia de cursar un Máster.

Como tú, la mayoría de alumnos no cumplía ya los treinta, por lo que también compatibilizaban sus estudios de post-grado con una cotidianeidad repartida entre obligaciones laborales y familiares, supongo que no había sitio para mucho más. Las sesiones eran intensivas, y se impartían los sábados por la mañana en el Campus de Vicálvaro, a las que llegábamos con dificultad estirando un poco más la semana de cinco días. No sé quién se esforzaba más, si yo en articular un discurso que interesara y mantuviera alerta al auditorio, o los alumnos en mantenerse atentos y seguir la exposición de lo que tocara aquella mañana.

A media mañana parábamos un rato, tomábamos un café y hacíamos corro en la puerta del Departamental, con o sin pitillito –espero que ellos lo hayan dejado, yo no-; después volvíamos hasta pasadas las 13h., media hora arriba o media hora abajo según los días.

En esas mañanas de sábado, que recuerdo especialmente soleadas, la relación entre el grupo se hizo más estrecha de lo que es habitual en los estudios de Grado, quizás por mayor proximidad generacional, quizás por compartir el ánimo voluntarioso de estar allí. El caso es que aún recuerdo algunas caras, algunos nombres –lo que es más infrecuente- y sobre todo, algunos perfiles concretos. En general, los alumnos coincidían en el interés en superar el Máster y conseguir su título, aunque las motivaciones eran muy distintas. Recuerdo a S.B., un funcionario de prisiones que proyectaba una promoción profesional que le acabaría llevando a un entorno laboral mucho más relajado; también me represento a Mª R., madre divorciada mucho más tesonera que brillante, que quería mostrar a sus dos hijos que, etiquetas aparte, es mucho mejor saber que no saber, y ser doctora que no serlo, lo que finalmente consiguió; también reconocería a M.G.,  Biólogo y Técnico Municipal que, quizás, intentara la oposición de Secretario-Interventor.

Estos son los alumnos ordinarios, los que avanzan poco a poco porque sin padrinos, personales o institucionales, cuesta más, los que se instalan un tiempo en semanas laborales de seis días, sueño atrasado y mucho ocio pendiente. Una decena de personas decentes que algo aprenderían de instituciones y medio ambiente urbano, materias que impartí, y que, curso tras curso, me recuerdan que la ambición profesional sólo tiene sentido cuando está al servicio de la calidad personal.

Qué pena, Cristina, que te lo hayas perdido.

Susana-Galera-Rodrigo

Susana Galera Rodrigo. Profesora de la Universidad Rey Juan Carlos de Derecho Administrativo

Enlace noticia: eldiario.es

Comparte:

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.