La Junta cierra el colegio Luis del Olmo

  • Los últimos padres llevan a sus hijos a otros centros y Educación ha repartido los profesores.
  • El cambio de nombre no ha servido para evitar el cierre del colegio Luis del Olmo en el polígono de Las Huertas de Ponferrada después de seis décadas de actividad educativa.
  • Fracaso del «Programa 2030» que pretendía favorecer la educación inclusiva de calidad mediante la prevención y eliminación de la segregación escolar por razones de vulnerabilidad socioeducativa.

Convertido en un gueto donde en los últimos años solo se matriculaban escolares de etnia gitana, los padres de los últimos alumnos que parecían dispuestos a iniciar un nuevo curso en el colegio acordaron a mediados de septiembre matricular a sus hijos en otros centros próximos, según confirmó ayer la Dirección Provincial de Educación, que ya ha reubicado a los últimos cuatro profesores.

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Fracaso del programa centros 2030

El antiguo colegio La Puebla, que llegó a tener 700 estudiantes matriculados en los años ochenta, se encuentra ahora vacío y sin ningún tipo de actividad programada por parte de la administración autonómico y revertirá al Ayuntamiento, propietario del inmueble, en próximas fechas.

El cierre del centro, cuya comunidad educativa había tratado de revertir su situación con medidas encaminadas a captar alumnos y promover la integración de los alumnos gitanos, con visitas del propio Luis del Olmo al centro rebautizado con su nombre, se gestó entre el 11 y el 12 de septiembre, cuando los padres de los últimos cinco alumnos matriculados optaron por llevar a sus hijos a otros centros próximos, explicó ayer la Dirección General de Educación. El 17 de septiembre, la Junta confirmó las nuevas adjudicciones de plazas.

Reparto del profesorado

Los dos profesores a tiempo completo que impartían clase en el centro ya están reubicados en otros colegios vecinos y los dos más que acudían a tiempo parcial refuerzan ya el programa educativo en los otros colegios a los que acudían. Será ahora el Ayuntamiento de Ponferrada, una vez que se produzca la desafección del centro, el que decida qué uso le da al inmueble.

La Asociación de Gitanos del Bierzo ya solicitó en el año 2015 el cierre del colegio La Puebla. Aquel año solo asistían al centro 25 alumnos, todos de etnia gitana. La asociación, preocupada por que sus hijos no se mezclaban con otro tipo de escolares, llevó después el caso al Procurador del Común, en un intento de que, en lugar de cerrar, la Junta propiciara una mayor integración de alumnos en el colegio.

Denuncian que se deja caer la Escuela Pública

La oficina del Procurador denunció en 2016 que el centro se había convertido en un gueto gitano y reclamó a la administración un reparto más equitativo de los estudiantes.

Los esfuerzos por diversificar el alumnado sin limitar la libre elección de colegio no han dado resultado y ese mismo año la Junta de Personal Docente de Centros Públicos No Universitarios de León ya ponía al todavía Colegio de Educación Infantil y Primaria bilingüe de La Puebla como ejemplo de «cómo se deja caer la escuela pública»

Colegio La Puebla: un enorme fracaso colectivo

Artículo de opinión Olegario Ramón Fernández | 26/04/2016

Mucho me temo que la decisión de Fernando Rey, Consejero de Educación de la Junta de Castilla y León, sea cerrar el colegio La Puebla de Ponferrada y tirar la llave al río. Esto no será más que la constatación de un gigantesco fracaso colectivo con un amplio abanico de responsables. De nada habrá servido el disponer de unas fantásticas instalaciones ni el enorme esfuerzo realizado por el profesorado del Centro para convertirlo en un Colegio atractivo, con actividades docentes y no docentes de un gran nivel de calidad e implicación.

Se optó por ser centro bilingüe, se puso en marcha la genial iniciativa del Huerto Escolar (para cuyo riego durante la época estival se turnaba el personal del Centro, una muestra más de su enorme implicación con el futuro del Centro), el comedor escolar, y la jornada continua pero nada de eso ha servido de freno a la constante pérdida de alumn@s.

En 1990 se decidió convertir La Puebla en un Centro de Integración, un proyecto ambicioso y socialmente comprometido, que ha perdido con el tiempo ambas características. El haberse convertido casi en exclusiva en el centro receptor de niñas y niños que provenían de familias desestructuradas, de Centros de Acogida, de Hogares Funcionales, y del colectivo gitano, fue provocando la paulatina pérdida del alumnado no perteneciente a estos colectivos.

La desconfianza hacia el diferente, la desacertada creencia por parte de los padres y madres de esos alumn@s de que la calidad de la Educación de sus hijos se resentiría, y ese porcentaje de racismo no declarado que todavía pervive en el genoma de la sociedad en su conjunto, fueron creando un efecto boomerang que vació con cierta rapidez las aulas. A ello coadyudaba de manera importante el repetitivo mensaje que, en aquellas épocas injustificadamente, circulaba por nuestra ciudad y que anunciaba un inminente cierre del Centro, e incluso se le asignaba la condición de futura sede de la Policía Municipal.

Y tras un cierto repunte en las matrículas, llegó el Concierto de 2013 y de nuevo se volvió a la senda de la pérdida de alumnos. Ese Concierto, en los niños de tres a seis años, provocó que los Colegios Privados de nuestra ciudad se nutrieron de alumnos o futuros alumn@s de La Puebla, pero no de esos colectivos que se pretendía integrar, que se fueron convirtiendo en el exclusivo e involuntariamente excluyente alumnado de La Puebla. Nada ayudó tampoco la creación de nuevas unidades en el parvulario de un colegio público cercano. Y el cierre del Esther Carrera, que nació para desahogar las masificadas aulas de un Colegio La Puebla en época de esplendor, no supuso la devolución del capital humano recibido antaño , sino que transfirió sus alumn@s a otros Centros de la zona.

Ese pretendido proyecto de integración, desastrosamente gestionado por las autoridades educativas de la Junta de Castilla y León, se ha convertido en una dolorosa realidad, absolutamente contraria a la pretendida.

Y las autoridades no pueden escudarse en la libertad que tienen los padres para la elección de Centro de sus hijos. Esta libertad admite modulaciones que no pervierten en absoluto la esencia del principio. Y aún correspondiendo la mayor de las responsabilidades a La Junta de Castilla y León, gobernada por el Partido Popular, ni los Sindicatos, ni l@s padres y madres, ni la clase política local ( escasamente comprometida con el futuro del Centro ), ni los colectivos vecinales, ni la sociedad ponferradina en su conjunto está exenta de culpa.

La Comunidad Educativa ( funcionarios docentes y personal laboral no docente ) lleva años clamando en el desierto, y no ha obtenido más que promesas incumplidas, una proyección pública del problema en exceso discontinua, y, muchas de las veces, el mirar para otro lado. Sin duda alguna, un enorme fracaso colectivo.

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