Las aulas aumentan el cliché de la ‘seño’

  • El 82% de los docentes de Infantil y Primaria son mujeres, pero sólo el 59% son directoras.
  • La presencia de los hombres cae cinco puntos desde 1999.
  • La inspección está en manos de los varones

Suena la sirena, empiezan las clases… Las probabilidades de que la persona que esté detrás de un aula de Infantil o de Primaria sea una maestra, y no un maestro, son altísimas en la Comunidad. Digamos que cuatro a uno.

Educadores-02-evolucion-InfY es que un 82% de los docentes que imparte esos dos primeros ciclos educativos en Castilla y León tiene nombre de mujer, frente a un escaso 18% de hombres que se coloca cada día delante de escolares de entre 3 y 12 años. Son 14.089 ‘seños’ en números redondos, por sólo 3.090 maestros, distribuidos en los distintos colegios de la Comunidad. Según datos del Ministerio de Educación, la brecha es incluso mayor en los centros públicos (83%%) que en los concertados y privados (78,59%).

La educación en los primeros años del alumno se conjuga, sin duda, en femenino, lo que contribuye a «acrecentar esos clichés que se interiorizan» a edad muy temprana, según advierte la OCDE. Cada vez más. Ellos son una minoría aplastante en Infantil. Hasta el punto de que apenas un 3% de los educadores son hombres. Esa desproporción es real en Primaria, aunque no tan acentuada.

No es un fenómeno nuevo. Su origen se hunde en las raíces de la historia, según explica el director del foro ‘Memoria y proyecto de la Educación’, del Grupo de Investigación Reconocido de la Universidad de Salamanca Helmántica Paideia, José Luis Hernández. Lleva así desde que España copiara a mediados del siglo XIX, de la mano de exiliados como Pablo Montesinos, el modelo británico de infant school.

Aquel establecía que para que un hombre pudiera ejercer el magisterio en ‘párvulos’ debía estar siempre acompañado de su esposa, madre o hermana. Daba igual que ésta fuera maestra o no. Se presuponía que así se «garantizaba el afecto, la proximidad y la maternidad, aunque no fuera madre», añade Hernández.

Educadores-03-puestos-etapaFueron ellos, por tanto, los ‘padres’ de ese estereotipo que aún perdura: el de la educación de los niños como ‘patrimonio’ de las mujeres.

«La clara hegemonía del varón en el conjunto de la sociedad, siendo el legislador» ha hecho el resto, apunta Hernández, para quien, lamentablemente, durante años se consideró «el ejercicio del magisterio como un oficio de segundo nivel, no adecuado para un varón, al que se le reservaban trabajos con mayor protagonismo social».

Los hombres nunca han sido mayoría en los claustros de ambas etapas, pero lejos de recortarse esa pronunciada feminización de la educación, se amplía año tras año. Si al comienzo de este siglo, el 23,4% de los docentes en los centros escolares era hombre, hoy lo es un 17,9%.

Educadores-04-ranking-CCAASegún el Ministerio de Educación, la ampliación de plantillas, sostenida desde que Castilla y León asumiera en 1999 las competencias de Educación no universitaria, ha caído del lado de las mujeres. La plantilla femenina ha crecido un 41,8% en ese tiempo, la masculina exclusivamente un 1,8%.

Castilla y León no es más que un reflejo de lo que sucede en España, e incluso en el mundo. De hecho, la Comunidad es la quinta autonomía con mayor proporción masculina en las aulas. Sólo Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía o Navarra anotan menores diferencias. Todas las provincias castellanas y leonesas representan el mismo patrón. De él se ‘escapa’ Salamanca, con un 20% de hombres en las aulas.

La pirámide de Infantil y Primaria mantiene, y mantendrá, una base femenina muy ancha, que se estrecha en la cúspide. En los puestos directivos los hombres están súper representados. Aún existiendo sólo un 18% de profes ‘rasos’ en las aulas, estos se sientan con holgura en los sillones de la jefatura de estudios e incluso en los del director. Un 33% de los jefes de estudio son hombres, y un 40,2% de los 917 puestos de director están ocupados por varones. Según datos facilitados por la Consejería de Educación, la paridad se acerca sólo en los cargos de cabeza.

Aunque sigue habiendo más maestras que maestros, más directoras que directores, en la inspección mandan claramente los hombres. Hasta el punto de que un 68,64% de los inspectores tiene DNI masculino –81 inspectores contra 37 inspectoras–.

El número de docentes hombres sólo aumenta a medida que crecen en edad sus alumnos. En los claustros de los institutos han ido perdiendo ‘fuerza’ desde que arrancara el siglo, sin embargo representan el 43%. Sus vocaciones educativas parecen apuntar más alto.

Educadores-05-matriculados-Esa disparidad en la paridad de género en las aulas de Infantil y Primaria no tiene visos de cambiar demasiado en generaciones. No hace falta nada más que echar un vistazo a las estadísticas sobre el número de alumnos que saldrán en las facultades de Educación en los próximos años. El volumen de chicos matriculados continúa siendo anecdótico en Infantil –sólo un 8% de los estudiantes son hombres– y un 34% en Primaria. Los roles se reproducen en la universidad, pero si todos ellos lograsen ejercer, los varones ganarían peso en las aulas de los más peques.

 

Excesiva feminización en los primeros ciclos educativos

Opinión. Editorial.

EL ESTEREOTIPO de que la educación de los niños es patrimonio de las mujeres se mantiene invariable con el paso de los años, a pesar de los avances que se han producido en materia de igualdad. Las docentes en las primeras etapas educativas de Infantil y Primaria, que abarcan desde los 3 a los 12 años, representan el 82% en los colegios de Castilla y León. En términos absolutos, 14.089 maestras frente a 3.090 maestros, una brecha que se acentúa entre los centros públicos (83%%) y los concertados y privados (78,59%). Si nos ceñimos a Infantil, apenas el 3% de los educadores son hombres.

La feminización de la enseñanza, además, en lugar de disminuir, ha ido creciendo. De acuerdo con informes del Ministerio de Educación, la ampliación de plantillas que se ha producido en Castilla y León desde la transferencia de la enseñanza no universitaria, en 1999, ha aumentado mucho más entre las mujeres, en concreto un 41,8% . Aún así, la Comunidad es la quinta con más proporción masculina en las aulas, solo superada por Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía y Navarra.

A medida que crece la edad de los alumnos, se incrementa el número de docentes masculinos, que llegan a representar el 43% en los institutos. Otro tanto ocurre cuando se observa el acceso a los puestos directivos o de inspección. Aunque en las etapas de Infantil y Primaria solo representan el 18% del profesorado, un 33% de las jefaturas de estudios están desempeñadas por varones. Y, subiendo el escalafón, también ocupan el 40,2% de los 917 puestos de dirección. La diferencia es claramente favorable a los hombres en la inspección educativa, donde representan el 68,64% de los 118 que existen en Castilla y León.

Que esta feminización de la enseñanza en los primeros niveles educativos se prolongará en el tiempo lo confirman las estadísticas sobre los alumnos que saldrán de las facultades de Educación en los próximos años. En Infantil, solo un 8% de los estudiantes son hombres y en Primaria, el porcentaje asciende al 34%.

Algunos expertos consideran un error centrar en las docentes la enseñanza de los más pequeños. Para Merche Gómez Cruzado, profesora de pedagogía terapéutica, la educación está erróneamente asociada al cuidado y la crianza de los niños. Además, ve negativo que se prive a los escolares de referentes masculinos en las aulas. Del mismo modo, José Luis Pérez, docente de Infantil, estima que existe un estereotipo muy marcado en la sociedad que asocia educación con el vínculo maternal. Acabar con estos estereotipos es conveniente y necesario si se quiere conseguir una educación y una sociedad más igualitarias.

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