Pedro Krueger versus Jason Rivera: campo de batalla “el sistema educativo”

… intentar vender que dos programas políticos que no se parecen en nada en el aspecto educativo puedan venderse como lo más parecido del mundo mundial.

Da la sensación que, por fin, en nuestro país se va a proceder a la conformación de un gobierno estable. Dos de los políticos con más clase, Pedro Krueger y Jason Rivera, están a punto de firmar, dejando de lado garras y cuchillos, una paz estable para conseguir formar el nuevo gobierno democrático del país. Viejas políticas, nuevas caras con nuevas caras y viejas políticas. Pero, al final, política a alto nivel que ha llevado a dos enemigos irreductibles a un entendimiento para conseguir lo mejor que se merece la sociedad: un pacto.

Fuente: http://likefon.com

No es un blog de política y, por tanto, no voy a jugar al chiste fácil ni a la demagogia acerca de los intereses que han formentado la aparición de este muestrario literario típico del donde dije digo, digo Diego. No voy a entrar tampoco en descalificaciones personales ni, mucho menos en prejuzgar una actuación futura de gobierno que, por lo visto, va a necesitar de mucho lubricante para dejar de chirriar. Voy a centrarme simplemente en el sistema educativo. Bueno, más bien en las propuestas programáticas y declaraciones acerca de determinados puntos que, van a tener que ser objeto de ingeniería política de alto nivel, para poder ser entendidos por la mayoría de los ciudadanos.

Krueger quiere eliminar la LOMCE y desterrarla del horizonte. Jason quiere mantenerla y aumentar el número de pruebas estandarizadas que se apliquen en el sistema educativo. Krueger llama a la movilización contra la LOMCE y Jason quiere redefinirla. Pastiche de decisiones previas al pacto que ya llevan a un pequeño conflicto. Bueno, no hay nada que no pueda solucionarse con una buena estrategia de márqueting: llamamos LOKJ (Ley Orgánica de Krueger y Jason) a una nueva ley educativa que mantenga todas las reválidas y esté imbuida del mismo espíritu de la LOMCE y, así podemos contentar al ciudadano medio que no se la lee ni va a leérsela. Las pancartas a la orden del día. Han ganado ambos.

El tema de los conciertos educativos también chirría. Jason se ha declarado en numerosas ocasiones el gran defensor de la concertada. Krueger, atendiendo a su lado programático, siempre ha priorizado la escuela pública frente a intereses privados. Así, ¿cómo van a entenderse? Fácil. Creamos un nuevo tipo de centros subvencionados con dinero público denominados X, eliminamos el sistema de acceso a la función pública para que, una vez existan las nuevas hornadas, puedan abocarse los que lo superen por parte de los directores de la pública y los gestores de la privada, a un trabajo no indefinido y controlado exhaustivamente por esos “seleccionadores” y… voilà. Ya estamos defendiendo una mayor selección del profesorado (avalada por la mayoría de padres y potenciada por los medios) además de mantener contentos a los de la concertada. La jugada sería redonda.

¿Religión en los centros educativos? Aquí, por lo visto, están de acuerdo. Eso sí, se va a alegar la existencia de un concordato para no hacer nada de nada. Y los dos tan felices.

No, no es tan complicado pactar entre dos héroes de lo sobrenatural. Lo único difícil va a ser tener la capacidad para manipular lo que se haga, intentar contentar a algunos mitigando los recortes (sí, puede ser que se vuelva a la anterior jornada lectiva del docente y, así lo tienes más o menos inmóvil ante las futuras decisiones) e intentar vender que dos programas políticos que no se parecen en nada en el aspecto educativo puedan venderse como lo más parecido del mundo mundial. La leche puede dejar de ser blanca si uno lo vende bien.


 

Jordi Martí

Docente desconcertado que intenta encontrar su lugar en un mundo que no entiende.

O que prefiere no entender.

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