Somos Profes

#SomosProfes recoge las voces de quienes pisan a diario el aula: su compromiso, su ilusión y también su preocupación y su rabia por el rumbo que en los últimos años ha tomado la política educativa en España.

Soy profe porque me gusta enseñar a leer y a escribir a niños y niñas, desarrollar en ellos el sentido crítico, el interés por la lectura y por el diálogo respetuoso y argumentado

Ser profe permite transmitir a los chavales no solo conocimiento sino emociones y experiencias.

De mi trabajo me gusta ver crecer a los alumnos y ayudarles a descubrir todas las cosas de las que son capaces, enriquecerme con ellos y sentir que mi trabajo no solo es una forma de ganar dinero ni de hacer ganar dinero a alguien, sino algo que forma parte de lo que vivo a tope.

Ellos son siempre adolescentes, en cambio yo cada vez mayor y encima desde los recortes de 201, es que estamos agotados.

En los últimos siete años la profesión ha cambiado completamente, los recortes produjeron tensiones en los centros, rompiendo el clima de trabajo normal.

La preocupación y la rabia se canalizaron a través de la marea verde, creíamos que otra educación era posible.

Recuerdo la sensación de lucha colectiva, de reivindicación a pie de calle, sentir que participaba en algo importante, recuerdo la unión entre profesores alumno hay alumno y familia.

Fue emocionante sentir que tantas personas querían defender la educación.

Desde la imposición de la LOMCE impera el enseñar para probar, con las pruebas externas, en vez de enseñar para aprender.

Tenemos muchas más exigencias por parte de administración, los informes nos llegamos igual que antes para ayudar a los chicos y chicas.

Las ratios, la competitividad, la falta de tiempo y de medios para que los alumnos puedan disfrutar de aprender, la falta de tiempo de los profesores para que podamos intercambiar opiniones y experiencias.

Ver el sufrimiento de críos y crías y sentir la impotencia por la falta de recursos.

Cada vez es más grande el abismo entre las personas y entidades que toman las decisiones y el quehacer cotidiano del aula. Siento mucha rabia y una enorme inquietud.

En la educación hay cada vez más individualismo y marketing, todo bajo el disfraz de innovación pedagógica.

Pero nosotras conocemos de qué va esto de la educación desde dentro, somos las que sufrimos las decisiones que otros toman en un despacho y sin haber pisado un aula en su vida.

La administración no se entera, detrás de sus estadísticas, de todos los rankings hay personas chicos y chicas y en la escuela democrática solo se puede construir democráticamente.

Las continuas trabas de la administración a nuestro trabajo, los recortes permanentes, los insultos, el desprecio hacia la profesión por parte de las autoridades educativas, en definitiva, la obsesión por inhabilitar la escuela pública.

Porque amo mi profesión pienso que haría falta un cambio profundo.

La pregunta clave es para qué educamos y a partir de ahí ir definiendo la escuela que queremos.

Porque soy profe, me gusta pensar que es posible ayudar a chicos y chicas a ser mejores personas, a construirse la vida más allá de donde les hizo nacer el azar.

Porque soy profe, creo que la educación es lo que nos permite tomar las riendas de nuestra propia vida y cuestionarnos el mundo en el que vivimos y contribuir a su mejora.

Porque soy profes en la escuela pública, hace posible el compromiso con una sociedad más justa más democrática y más habitable

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