Carta al Consejero: Malestar en los Centros Públicos
Sr. Consejero de Educación.
Estimado Consejero.
Hace casi un año enviábamos a su predecesor en el cargo el correo que sigue a continuación de éste. En él manifestábamos nuestro rechazo a las Actuaciones prioritarias del Plan de actuación de la Inspección educativa de Castilla y León sobre la implantación de la LOMCE para el Curso 2014/2015.
Ya a comienzo de curso le hicimos llegar nuestro desacuerdo sobre le proceso e implantación precipitada de la LOMCE, realizada al galope, con un calendario imposible, sin apenas asesoramiento y formación previa y sin tiempo para el debate en los claustros. Además la petición de un mayor asesoramiento y una mayor flexibilidad en el calendario requerido a los centros para la presentación de la revisión y adaptación del proyecto educativo, así como de los diversos planes (acción tutorial, atención a la diversidad, de convivencia,…), derivados de las Órdenes de implantación de la LOMCE en nuestra Comunidad.
De nuevo queremos trasladarle el malestar existente en los Centros Públicos de Secundaria y nuestro rechazo sobre cómo desde la Administración Educativa se están llevando a cabo las Actuaciones Prioritarias que figuran en el punto 2.2. del Anexo del Plan de actuación de la Inspección educativa de Castilla y León para los Cursos 2015-2016 y 2016-2017 (ORDEN EDU/74/2016, de 5 de febrero, por la que se aprueba el Plan de Actuación de la Inspección Educativa de Castilla y León para los cursos 2015-2016 y 2016-2017).
El mencionado punto 2.2. hace referencia a “actuaciones de asesoramiento y supervisión en el proceso de implantación de nuevas enseñanzas, como consecuencia de las modificaciones introducidas” por la LOMCE en los centros sostenidos con fondos públicos. Sin embargo, el primer aspecto, el asesoramiento –a nuestro juicio el más relevante- no ha estado presente en estas actuaciones, reducido a unos simples cursillos en los CFIES.
Como sabe, las dificultades de la labor docente se han multiplicado en los últimos cursos. En este contexto, estas supervisiones añaden más obstáculos, más tareas burocráticas, y más estrés para los equipos directivos y el profesorado, mientras la función de asesoramiento y de ayuda al conjunto de los docentes en su trabajo diario queda si dar respuesta.
Pero lo que más está motivando la incomprensión y rechazo del profesorado en los centros es la sensación de que dichas actuaciones responden a una finalidad de control ideológico-pedagógico del profesorado en el marco de una ley muy contestada como es la LOMCE. Es llamativo en este sentido que estás prácticas de supervisión fiscalizadora de la aplicación de la LOMCE se están aplicando únicamente en los Centros Públicos, mientras que se deja de lado a los Centros Concertados “sostenidos con fondos públicos”.
Estas prácticas fiscalizadoras generalizadas, desconocidas y más propias de otras épocas, están provocando el malestar del profesorado, que ve alterada su labor docente cotidiana teniendo que dedicar sus esfuerzos a “redactar literatura” acorde al nominalismo que implanta la nueva ley y a dar satisfacción a los requerimientos de la inspección a quien debe mostrar sus conocimientos de los nuevos tecnicismos pedagógicos.
Lo que el profesorado necesita es poder “trabajar en paz” y demanda de la inspección son actuaciones de asesoría y orientación y no de control burocrático, como pueden dar a entender estas actuaciones. La propia inspección, obligada a hacerlo, se ve sobrecargada, cuando estas horas se podrían dedicar al asesoramiento de los equipos docentes. ¿Realmente fueron positivas las actuaciones desarrolladas el curso pasado? Nosotros creemos que no y que además contribuyeron a generar un mayor malestar docente.
Les pedimos por ello tomen las medidas oportunas para reconducir estas actuaciones y evitar el malestar y consiguiente hartazgo del profesorado que le trasladamos.
A la espera de su respuesta, atentamente.
Valladolid a 23 de febrero de 2016.
Secretariado de STECyL-i.