EL Pacto educativo,un paripé anunciado para la pervivencia de la LOMCE

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  • Una vez más la clase política ha defraudado a la comunidad educativa.
  • El Pacto de Estado Social y Político por la Educación no ha llegado a buen puerto.
  • Los partidos políticos no han sido capaces de culminar el documento con las medidas que debía poner en marcha el Gobierno en una nueva ley de educación tras 15 meses de trabajo de la comisión.

Los trabajos de la subcomisión empezaron en diciembre de 2016. Por ella han pasado unos 80 expertos que han puesto sobre la mesa los aspectos que debía contemplar una nueva legislación educativa.

La Plataforma Estatal por la Escuela Pública, integrada por representantes del alumnado, padres y madres y profesorado (entre los que se encuentra STEs), redactó su propia propuesta para el Pacto de Estado por la educación: “La educación que queremos”, documento que recoge diez puntos básicos y fundamentales para el pacto como garantizar la equidad, la educación laica y una inversión educativa del 5% del PIB con el compromiso de alcanzar el 7%, y donde reclamamos al gobierno central y a los gobiernos autonómicos una nueva política educativa, que revierta los recortes contra la educación pública, incluyendo ratio, empleo, becas, ayudas, infraestructura, así como que revise los currículos, se fomente la formación del profesorado, se prevenga el fracaso escolar y se promueva la conciliación familiar y laboral, todo ello dentro de una escuela gratuita, inclusiva, laica, participativa y democrática.

Difícil ponerse de acuerdo en cuanto a la mayoría para ir aprobando medidas, imposible seguir en el pacto sin llegar, ni siquiera, a una financiación que en 2025 debía alcanzar el 5% del PIB.

La comunidad educativa había puesto sus esperanzas en un gran Pacto Social, abierto y transparente, que permitiese dotar de calidad y permanencia un pacto político posterior.

Tras todo este tiempo vemos que los hechos relatados nos devuelven a la casilla de salida. Es decir, a un escenario en el que las contrarreformas del PP y la LOMCE siguen vigentes, como también lo están los recortes sufridos por la escuela pública, que no han sido revertidos.

La Escuela Pública ha de remontar, con esfuerzo y poco apoyo, todas las dificultades de los itinerarios selectivos, las aulas masificadas, las evaluaciones externas, los centros educativos deteriorados, la falta de respuesta a la atención a la diversidad, el profesorado que cambia de centro cada año, etc. El profesorado seguirá enfrentándose a la dificultad de dar clase en aulas con demasiado alumnado, con disminuciones de sueldo cuando requieren de una baja por enfermedad y sin que se produzca su sustitución de forma inmediata, un aumento vigente de horas lectivas y ratios, con grandes cargas burocráticas, situaciones de interinidad que se alargan indefinidamente a lo largo de los años, etc.

Y, como colofón a las políticas de recorte, nos encontramos con un borrador de Presupuestos del Estado que vuelve a reducir la inversión pública en educación, que avanza en la senda comprometida por el Gobierno del PP de reducir el gasto educativo al 3,7 % del PIB, una inversión similar a la registrada en el año 1992.

Lo cierto es que la inversión comprometida en el proyecto de Presupuestos para 2018 presentado por el Gobierno sigue alejada de los niveles anteriores a la crisis.

Después de haber recortado más de 9.000 millones de euros, que han recaído sobre la enseñanza pública (mientras que los conciertos han aumentado), se ha puesto en peligro la equidad y la igualdad de oportunidades que caracterizan a la Escuela Pública, el ministro ha insistido en comprometer el 5% del PIB en inversión educativa, si los partidos que se han retirado de la subcomisión vuelven, un compromiso contradictorio con lo que apunta el proyecto de PGE y los compromisos adquiridos con Bruselas.

¡Ya está bien de tomarnos el pelo! ¡Dejen de jugar con la Educación Pública! Lo tienen muy fácil. La propuesta de “La Educación que queremos” la conocen y cuenta con el respaldo de todos los representantes de la comunidad educativa. Y sí no, volveremos a las calles, exigiendo la derogación de la LOMCE y la reversión de los recortes, a defender nuestra Educación Pública, que junto al resto de servicios públicos están siendo desmantelados.

Todos y todas juntos podemos. Compañeros y compañeros, volvamos a las calles a defender nuestra Escuela Pública. Unamos fuerzas y, junto a pensionistas, personal sanitario y de todas las Administraciones Públicas, defendamos nuestros servicios públicos, servicios públicos de calidad. Y a seguir luchando contra la precarización del empleo, contra la pérdida de derechos y libertades, contra la corrupción, exigiendo responsabilidades y regeneración democrática de una vez por todas.

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