La dignidad vuelve a las calles

«¿Hasta cuándo vamos a seguir aguantando?, es hora de retomar las calles, ponerse en pie y decir basta, solo la organización, la participación y la lucha podrán abrirnos las puertas de un mañana mejor«. Así concluía el manifiesto de la movilización promovida por las Marchas de la Dignidad para exigir Pan, Trabajo y Techo que partió y concluyó en la plaza de Fuente Dorada.

Más de mil quinientas personas se sumaron a la convocatoria unitaria que diferentes colectivos ciudadanos realizaron bajo la denominación de Las Marchas de la Dignidad para «demostrar la fuerza del pueblo frente al poder económico». «No al pago de la deuda, No al TTIP. No a la OTAN. No a la represión» se podía leer en la pancarta que abría la marcha, en la que también figuraban otras reivindicaciones: «Renta básica Ya! Ni un deshaucio más y Empleo digno».

En la manifestación el Grupo Stop Desahucios 15 M, la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública,  Izquierda Unida, CNT, CGT, Movimiento por la Escuela Pública, Parados en Movimiento, «En defensa de lo público. Sanidad y Educación. Dependencia»… también, entre otros, portaron sus pancartas y sus consignas.  Banderas había de todos los colores; desde las rojas del PCE y sus Juventudes; a las moradas comuneras; las rojo y negro libertarias; las moradas feministas…

Los gritos más coreados, entre otros, fueron: «Un desahucio, una ocupación»; «Ni un desahucio más»; «No son suicidios, son asesinatos»; «La sanidad no se vende, se defiende»; «Obreros estudiantes, unidos adelante»; «De norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue cueste lo que cueste»; «Somos activistas no terroristas»; «Libertad, libertad detenidos por luchar»; «Vuestra represión no nos amedrenta, la historia se escribe con desobediencia»; «»OTAN no, Bases fuera»; «Mucha policía poca diversión»; «La fuerza del obrero, la solidaridad»; «Que no te engañen, la lucha está en la calle»: «Políticos y banqueros al matadero», «Los borbones a los tiburones»; «Hasta los cojones de bancos y borbones»; «Contra el paro, lucha obrera»; «La corrupción se paga con prisión»; «Libertad de expresión y de manifestación»…

En su regreso al punto de partida, la cabecera de la manifestación una vez recorrida la calle Duque de la Victoria continuó por la calle Lonja en lugar de coger Ferrari, lo que provocó algún momento de tensión con agentes de la policía nacional y municipal, que tuvieron que asumir que la marcha continuaba por los soportales de Cebadería hasta Fuente Dorada. donde se dio lectura al manifiesto.

«Después de las últimas movilizaciones toca volver a salir a las calles. Nada ha cambiado. La consecuencias de la crisis se siguen agudizando con las políticas de recortes impuestas por la troika contra la mayoría social trabajadora», se denunciaba.

«La propaganda«, continuaba el manifiesto, «con el mensaje de una sociedad idílica que propaga el Partido Popular y los poderes económicos y mediáticos que lo apoyan, defensores de este régimen monárquico, no se corresponden para nada con nuestra realidad diaria. Nos dejan sin trabajo, sin casa, sin sanidad, sin pensiones, sin educación, sin estudios, sin futuro y sin vida».

Tras criticar el regalo de miles de millones a la banca, la reforma del artículo 135 de la Constitución, las tasas de paro, los desahucios… se propugna como respuesta la movilización social, a la que el Gobierno responde con la represión. También se cuestionaron las intervenciones de la OTAN y las «soluciones» represivas al fenómeno migratorio.

Una vez leído el manifiesto y todas las exigencias recogidas en él, Noa, una saharaui que desea volver a su país intervino para pedir solidaridad ante la destrucción de los campamentos como consecuencias de las últimas inundaciones. Asimismo se pidió apoyo para los técnicos despedidos del Calderón acudiendo a las puertas del teatro el sábado a las 18.30 horas con motivo de la inauguración de la Seminci. Por último se llamó a asistir el domingo 25 a Fuente Dorada, donde tendrá lugar la habitual concentración contra la violencia machista de todos los 25 de cada mes.