La Junta pretende zanjar el debate de los deberes escolares con tareas a la carta

Una macroencuesta, pilotada por el Consejo Escolar y las universidades, preguntará a alumnos, padres y docentes.

¿Condena o rutina necesaria para apuntalar el aprendizaje?

Los deberes escolares se han convertido en los últimos cursos en debate permanente en el seno de la comunidad educativa: padres y alumnos reivindican a los centros menos tareas en casa para conciliar con la vida familiar y reservar más tiempo para el ocio. El Consejo Escolar de Castilla y León presentará mañana un informe clave para marcar los pasos de los deberes en los colegios. Oportunidades de los deberes escolares. Pautas y orientaciones fija una serie de pautas que la Junta recogerá, en los aspectos que considere, en un documento de recomendaciones que llegará a los centros el curso que viene. Además, el Consejo realizará, junto con las universidades de la Comunidad, una macroencuesta, la primera en el ámbito de la autonomía, entre profesores, padres y alumnos para conocer qué piensan del sistema actual de deberes, conocer los pros y contras y recoger propuestas e inquietudes.

DeberesSegún ha podido conocer este periódico, entre las iniciativas del informe auspiciado por el Consejo Escolar, a propuesta del propio consejero de Educación, el leonés Fernando Rey, se encuentran los denominados deberes a la carta, es decir, que las tareas que los escolares se lleven a casa no sean uniformes para todos, sino personalizados de acuerdo a las necesidades de cada uno de ellos.

El documento cree vital que san los tutores los que coordinen los deberes de cada niño de acuerdo con todos los profesores. El objetivo es no sobrecargar a los alumnos con tareas de cada materia cada día, sino de forma organizada. También apuesta por un mayor diálogo entre los padres y el centro y pedir la ayuda de los progenitores para que en las edades más tempranas ayuden a sus hijos en casa con la lectoescritura. «Leer con los hijos en muy motivador para los niños».

El esperado informe del Consejo Escolar trata de evitar las actuales tiranteces que los deberes escolares levantan cada inicio de curso en el debate de la comunidad escolar. Tiene como finalidad pilotar una postura común entre padres y profesores, con el fin de que los alumnos no vean estas tareas como una condena, y a su vez, las familias puedan conciliar la vida de todos sus miembros.

Desde la Junta, su consejero de Educación, insiste en que «los deberes son necesarios», pero no es partidario de una regulación. La intención de la institución autonómica es escuchar las propuestas del Consejo Escolar e incorporar algunas de ellas a una serie de recomendaciones que el próximo curso tendrán todos los centros escolares como pautas a la hora de regular los deberes. En cualquier caso, Fernando Rey ha indicado en reiteradas ocasiones en que estas tareas no serán eliminadas, aunque es partidario de que se limite su tiempo de duración, tal y como remarcaron ayer fuentes de Educación, que enfatizaron además la relación entre los deberes y unos mejores resultados académicos.

«Sirven para reforzar lo aprendido y crear un hábito de estudio. No estoy a favor de suprimirlos, ni siquiera de regularlos porque forman parte del ars docendi del profesor», dijo el consejero Rey en una entrevista reciente.

Mientras, los padres de la escuela pública insisten en boicotear los deberes tradicionales. Desde la Federación Leonesa de Ampas Sierra Pampley (Felampa), su presidente, Arsenio Martínez, indicó ayer que apoyan las tareas en casa «en su justa medida; los deberes responsables». También quieren que estas labores sean «al menos» incentivadoras para los escolares y que no supongan una «excesiva presión» para garantizar la conciliación familiar. «No pueden suponer en ningún caso una sobrecarga».

Y los profesores consideran que «los deberes son necesarios e imprescindibles», aunque proponen que se fijen «con sentido común y moderación». El consejero del Consejo Escolar de Castilla y León y delegado del Csif en la Junta de Personal Docente de León, Javier Ampudia, asegura que la mayoría de los docentes los apoyan «porque creen que afianzan los conocimientos que los alumnos reciben en clase, impulsa la autodisciplina y la cultura del esfuerzo».

De todas formas, apunta que es preciso una reflexión sobre los deberes y llegar a un consenso en la comunidad educativa. «Tampoco son necesarios muchos, ni todos los días».

Deberes escolares: un debate abierto que debe ser sosegado y responsable.

Editorial Diario de León

Un 34% de los niños y un 25% de las niñas de 11 años se sienten agobiados por los deberes, según la Organización Mundial de la Salud. Esos porcentajes sitúan a nuestro país en el noveno lugar entre los 42 europeos y norteamericanos que fueron analizados. Una de las posibles causas de esta presión es que España se encuentra además entre los que más horas de deberes impone a la semana: seis horas de media que sumar a las jornadas escolares, frente a las menos de cinco de los demás países.

Los deberes están de moda y son el tema de discusión en los colegios, en los medios de comunicación, en las redes sociales y en la calle. La campaña de los padres de los centros públicos pidiendo su eliminación ha reabierto un debate habitual en el arranque del curso. Aunque no hay estudios fiables que permitan comparar la carga de trabajo de los alumnos de hoy en día con la de las generaciones anteriores, existe una percepción social de que el aumento es más que claro. Eso, que es lo que creen los representantes de los padres, lo perciben con más cautela los expertos. Sin embargo, unos y otros coinciden en que, por lo general, sí hay un exceso de tareas que debe ser corregido. Esa afirmación la avala el informe Pisa: entre clases y deberes extraescolares un alumno de 15 años asume a la semana más horas de formación que las de una jornada laboral máxima de 40 horas.

En la línea de que los deberes son necesarios el argumentario se basa en que suponen un hábito y una disciplina que el todo alumno debe adquirir desde la escuela, que ayudan a los estudiantes a comprender lo que es el esfuerzo personal y a distribuir su tiempo y permiten reforzar los contenidos abordados en el aula. Quienes se manifiestan en contra consideran que los deberes para casa son como las horas extras en el trabajo, que a menudo carecen de valor pedagógico, que generan y aumentan las desigualdades sociales, frustran a los jóvenes estudiantes y no crean ningún buen hábito porque no tienen opción de hacer otra cosa, les impiden educarse en otras materias, provocan tensiones familiar y, en fin, atentan contra el artículo 31 de la convención de los derechos del niño: «El niño tiene derecho al descanso y al esparcimiento, al juego y a las actividades propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes».

La Consejería de Educación de la Junta está dispuesta a abordar abiertamente el problema y mañana, a través del Consejo Escolar, presentará un informe al respecto en el que establece unas pautas de actuación para los centros y además preguntará a universidades, alumnos, padres y docentes, a través de una macroencuesta, sobre la viabilidad de establecer un sistema de deberes personalizados de acuerdo a las necesidades concretas de cada alumno. El debate, que se prevé intenso, debe ser sosegado y responsable, y cargarse de razones y sólidos argumentos para evitar que sea trivializado

Una fórmula común para cada etapa

En las propuestas que mañana dará a conocer el Consejo Escolar, a través del informe Oportunidades de los deberes escolares. Pautas y orientaciones, fija una fórmula común para cada nivel educativo con una planificación a principios de curso. Siempre de la mano y la coordinación de los tutores para organizar al profesorado y las tareas que los alumnos deben afrontar. Las recomendaciones de la Junta sobre los deberes, que llegarán a los colegios el próximo curso, deberán, además, estar recogidas en las programaciones didácticas y ponerse en conocimiento de las familias. También quieren que el propio alumno pueda organizarse.

Llamamiento a los padres para que vigilen

La campaña de boicot al exceso de deberes lanzada desde las asociaciones de padres de la escuela pública incluye, según explicó ayer el presidente de Felampa, un llamamiento a los padres de la provincia para que «envíen notas a los centros cuando consideren que las tareas que llevan sus hijos a casa son excesivas». Arsenio Martínez incide también en que no puede haber «sobrecarga de trabajo» durante los fines de semana y en periodos de vacaciones escolares para evitar que este hecho interceda en los planes de la familia. Y una llamada a la Junta «para que tome medidas con los deberes en muchos centros, donde no hay control».

Capacidad, ritmo y destreza del alumno.

El informe del Consejo Escolar trata, además, de desterrar los deberes uniformes para toda la clase y que el profesorado apueste por las tareas personalizadas de acuerdo a la capacidad, ritmo y destreza de cada alumno o un grupo específico. Todos los deberes tendrán que ser revisados y evaluados por los docentes de acuerdo a la programación didáctica que se apruebe por el centro al principio de curso. Igualmente deben incluir en estas correcciones comentarios adicionales individuales. Y un mensaje para el profesorado y el alumnado: «Nunca deberán considerarse las tareas escolares como un castigo o una penalización con consecuencias».

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