La ‘ley Wert’ deja un año en el limbo a los alumnos de la nueva FP básica

Un desfase en el calendario de aplicación de la LOMCE impide que quien se gradúe en dos años pueda lograr el título de la ESO

Un alumno en unas Olimpiadas de Formación Profesional. / CARLOS ROSILLO

El calendario escalonado de aplicación de la Ley Wert esconde un agujero que va a dejar colgados sin titularse en ESO al menos un año a los alumnos que estrenen la Formación Profesional Básica, una nueva enseñanza dirigida a los estudiantes con más dificultades para terminar la educación obligatoria, que hasta ahora cursaban los llamados Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI). La FP básica que crea la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), que comienza este septiembre y dura dos cursos, permite obtener el título de graduado en ESO solo si se aprueba la nueva reválida de secundaria. Pero esa reválida no empieza a aplicarse hasta el curso 2017-2018. ¿La consecuencia? Que los estudiantes que acaben la FP básica en plazo la terminarán en 2016, y no tendrán más remedio que esperar como mínimo un año hasta poder hacer la reválida y obtener el graduado escolar.

Un total de 84.217 alumnos cursaron un Programa de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) en el curso 2011-2012, de los cuales 11.178 se graduaron en secundaria. En los PCPI —en los que los estudiantes avanzan en conocimientos básicos y aprenden los rudimentos de un oficio—se puede elegir entre hacer solo el primer curso (con el que no se obtiene el título en ESO, solo el de cualificación profesional) o cursar también el segundo, de carácter voluntario, que sí da el título directamente cuando se supera.

La solución que da el ministerio es que hagan el examen para adultos

El Ministerio de Educación es consciente de este fallo del calendario porque se le ha planteado en el Consejo Escolar del Estado, según fuentes presentes en el organismo. Sin embargo, no ha previsto ninguna fórmula específica para arreglar el limbo en el que se quedarán estos estudiantes. Los primeros alumnos de la FP básica, según fuentes del departamento de José Ignacio Wert, obtendrán “un título que les permitirá seguir en FP de Grado Medio o acceder al mercado laboral”. Y para graduarse en ESO, explican estas mismas fuentes, “podrán presentarse a la prueba libre para la obtención del título de graduado en Educación Secundaria para Adultos regulada por la LOE”.

“Un año a esas edades es una eternidad”, se quejan los directores

“Pero esa prueba para adultos requiere haber cumplido 18 años con la excepción de los mayores de 16 que tengan un contrato de trabajo) y los estudiantes pueden empezar la FP básica con 15 años y terminarla con 17”, explica Miguel Recio, director de instituto y responsable de estudios de CC OO. Así que tampoco soluciona nada: también estarán colgados un año a la espera de cumplir la mayoría de edad.

“Los chavales se van a quedar en tierra de nadie”, se queja José Antonio Martínez, de la Federación de Asociaciones de Directivos de Centros Educativos Públicos. “Y un año colgados a esas edades es una eternidad”, alerta el director de instituto, que sabe por experiencia que en ese tiempo los chicos “pueden centrarse o descentrarse totalmente”, sobre todo teniendo en cuenta que el perfil de estos alumnos es complicado (suelen haber repetido varios cursos), ya que precisamente se les deriva a estos estudios porque no han sido capaces de superar con normalidad los cursos de secundaria. Martínez no entiende la “prisa innecesaria” del Gobierno en la aplicación de la reforma educativa. “Esta aceleración que llevan provoca estos desajustes”, critica. “El sistema no puede crear vías cerradas”.

“El graduado es la barrera de entrada de los candidatos”, dicen las empresas

¿Qué efectos laborales tendrá en la práctica ese limbo de un año sin poder graduarse en ESO? En un mercado con una tasa de paro del 55% para los menores de 25 años, es obvio que el nivel de formación importa mucho. “El título en ESO hace de barrera de entrada en la selección de candidatos de la mayoría de los sectores”, indica Andreu Cruañas, presidente de Asempleo, la patronal de agencias de empleo.

El sector educativo y las comunidades autónomas han venido reclamando al ministerio de José Ignacio Wert un retraso en la aplicación de la LOMCE, cuya implantación progresiva comienza este septiembre para primero, tercero y quinto de primaria y para la FP básica. Las autonomías del PP lograron que Wert cediera y revisara el calendario de aplicación, pero los nuevos plazos tampoco convencen a varias comunidades, que insisten en que no les da tiempo a aplicar la ley.

La FP básica está pensada para alumnos que no logran acabar la ESO

Otro de los efectos de las prisas del ministerio, indican los expertos, es que de momento solo se han desarrollado los currículos de FP básica de 21 de las 27 familias profesionales que existían en los PCPIS. “Esto crea una inseguridad jurídica enorme”, afirma Miguel Latorre, responsable estatal de Enseñanza Pública de UGT. “En los centros en los que se están impartiendo PCPI de intervención sociocomunitaria, por ejemplo, que es uno de los que no se ha desarrollado aún, se preguntan si lo seguirán dando en septiembre o si va a desaparecer”. Los directores se quejan de que todavía hay muchos aspectos en el aire a falta solo de unos meses para que los primeros alumnos comiencen a cursar la nueva FP básica. “No hay justificación para tanta prisa”, zanja su representante, José Antonio Martínez.

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