Master en educación: la opción (obligada) más elegida por los docentes

Formarse en una especialidad concreta, nuevas metodologías educativas, aprendizaje de herramientas digitales, las oposiciones… son las razones por las que los maestros y profesores deciden estudiar un máster.

Un grupo de profesores aprende a usar las instalaciones tecnológicas de la Hiperaula de la Complutense. KIKE PARA

No hay profesión que comprenda más la importancia del aprendizaje. Seguir formándose en cualquier ámbito laboral es fundamental para crecer como profesional; en este caso, un profesional del mundo de la educación.

Y es que los docentes lo tienen claro: una formación continuada es imprescindible para cualquiera. Más, en un terreno como el educativo, donde cada día es diferente. Nunca se sabe lo que el alumnado puede deparar.

Un perfil laboral más específico. ¿El maestro de escuela de antaño es una figura que ya no existe?

Ya no solo hay un docente por aula, sino que son muchos los profesionales que se encargan de la educación de los alumnos. Docentes provenientes (en el caso de la escuela) de distintas ramas del magisterio: primaria, infantil, música, educación física, inglés…

En cuanto a la lengua extranjera, cabe destacar su relevancia en el sistema educativo español. Un sistema que, cada vez más, opta por la enseñanza bilingüe no solo en la educación privada, sino también en la pública.

De este modo, son muchas las plazas que se ofertan con idioma. Es decir: un maestro de infantil que, aunque se encuentre en las listas por infantil, necesite -como mínimo- un B2 en inglés.

Por consiguiente, tanto una formación en idiomas como un máster especializado en educación bilingüe (en este caso) es imprescindible para los maestros y profesores.

Sumar méritos en el baremo de oposiciones

En efecto, un máster de educación también es de gran ayuda en las oposiciones de educación, ya que cuenta como mérito en la baremación de la nota de oposiciones.

Las oposiciones de educación constan de 3 fases diferentes: fase de oposición (se trata del examen), fase de concurso (aquí se miden los méritos para el baremo) y la fase de prácticas (una vez que ya se puede denominar al docente como “funcionario en prácticas”).

Pues bien, dentro de la fase de concurso, tanto la experiencia laboral como la formación académica del opositor cuentan como méritos en las oposiciones.

Un máster de educación ayuda al opositor a añadir puntos adicionales en ese baremo. Por ende, es muy recomendable que todo docente y opositor estudie un máster, si quiere trabajar en la educación pública.

No es baladí tampoco obviar la aparición de nuevas tecnologías como son las TIC en educación, así como otro tipo de recursos educativos como la gamificación. Sin olvidar, por supuesto, las metodologías innovadoras que están en auge como la del aprendizaje colaborativo, entre otras.

Sea como fuere, un máster de educación para maestros y profesores es importantísimo: nuevos conocimientos, a partir de una lección teórica y práctica, que les sirve en diferentes aspectos laborales. Pero, sobre todo, les aporta un reciclaje imprescindible para ser los mejores profesores y maestros.

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