No pidas tanto perdón, y devuélvele el pegamento

Asisto pasmado en los últimos meses a las peticiones de perdón de determinados políticos de varios partidos.

Soy maestro y me asusta que esté normalizándose en nuestra sociedad esta conducta, como si fuese sustitutiva de la asunción de las consecuencias, lo cuál es sin duda un comportamiento notoriamente infantil.

Veo políticos supuestamente adultos diciendo “pido perdón” y me recuerdan a la excusa de un niño que le quitó el pegamento a otro niño y que, acostumbrado a la famosa expresión “pedíos perdón y daos la mano”, le suelta las palabras mágicas, que parece que por sí solas resuelven el problema.

Pues no señor, yo le dije a ese niño: “no pidas tanto perdón, y devuélvele el pegamento”.

Y les confieso que con cinco años los niños ya lo entienden.—

Francisco Gómez San Miguel. Laguna de Duero, Valladolid.

Sociedad y educación

Los que nos dedicamos a la enseñanza sabemos lo que nos cuesta transmitir a los adolescentes los valores para que en un futuro sean personas íntegras. El trabajo en el aula es diario, personalizado (incluso con el número elevado de alumnos por clase que hay en la actualidad) y todo se va por la borda con el tipo de programas de televisión que se están emitiendo, especialmente el estreno de la semana pasada Adán y Eva.

Actualmente, cuando les preguntamos a los alumnos qué quieren hacer en la vida, la mayoría quiere ser famoso, ganar dinero sin esfuerzo y todo lo que lleva consigo. La sensación del docente no se puede explicar: ¿desilusión? ¿desencanto? ¿tristeza?

Tendremos que pararnos a pensar en algún momento que estos chicos son el futuro de España y dejar de aprovecharse de la situación real en la que se encuentran, fomentándoles otro tipo de valores para que la sociedad y la educación puedan ir por el mismo camino, y así poder conseguir juntos lo que realmente necesitan.—

Julia Bernácer Alpera. Valencia