STECyL-i celebra un pleno en La Cistérniga

El sábado 5 de noviembre se reunen afiliados y representantes de los sindicatos de STEs para analizar y debatir el inicio del curso 16-17.

Además someten a debate y votación el Plan de Acción Sindical para el presente curso. Se decidirá las posturas que la Federación va a tomar en las diferentes negociaciones con la Consejería en los diferentes aspectos: presupuesto educativo, plantillas, cupo, oferta de empleo, tasa de reposición, concursos traslados, interinidades, itinerantes, salud laboral, protocolos de accidentes laborales, condiciones laborales,…

También se tratan aspectos en cuanto a la organización y preparación del IX Congreso Federal de STECyL-i para 2017.

También el Pleno decidirá el destino del 1% de Solidaridad de su presupuesto, que se asignará a un proyecto desarrollado por una ONG y que tenga como objetivo la educación.

El Pleno aprobó por unanimidad dos resoluciones: una de ellas en relación a la oposición a los acuerdos comerciales y de inversiones, CETA, TTIP y TiSA. La segunda Resolución contra las Violencias Machistas y la erradicación del terrorismo  machista y para que esta violencia contra las mujeres sea cuestión de Estado.

Pleno Federal STECyL-i La Cistérniga. Sábado 5 de noviembre 2016

RESOLUCIÓN STOP CETA, NO AL TTIP.

Se trata de ganar una de las batallas que tenemos abierta para defender la democracia la movilización ante unos tratados negociados a espaldas de la población y con graves amenazas a nuestros derechos laborales. Los rescates bancarios, las pérdidas de derechos laborales o los recortes de gastos sociales son ahora impuestos por los mismos que promovieron las políticas comerciales globales que justificaban la ‘mercantilización’ de todas las facetas de la vida. Un modelo de comercio sin democracia que ha concentrado el poder corporativo, ha devastado el planeta y ha dejado nuestra soberanía al servicio de las grandes empresas.

Tenemos la oportunidad de cambiar las tornas. Porque podemos detener las negociaciones sobre el TTIP, el tratado comercial que negocian la Unión Europea y Estados Unidos. Un tratado que comenzó a negociarse en secreto y que la presión popular obligó a sacar a la luz. Un tratado que ha ido acumulando rechazo ciudadano al poner el lucro de las grandes empresas por encima de los derechos de las personas. Un tratado que se encuentra renqueante gracias al esfuerzo colectivo de millones de mujeres y hombres que han creído que solo se pierde aquello por lo que no se lucha.

Este próximo 5 de diciembre también se puede impedir que el Parlamento Europeo de luz verde al CETA, el tratado comercial ya negociado entre la Unión Europea y Canadá. Un tratado cuya falta de información ha sido mayor aún que la del TTIP y que incluye las mismas concesiones a los grandes capitales que el de EEUU, razón por la que cada vez se encuentra más en entredicho.

El análisis hecho por multitud de agentes sociales, demuestra que el sistema ICS (incluido en el texto del CETA) no acaba con el ISDS. Al contrario, permitiría a miles de multinacionales eludir los sistemas jurídicos nacionales y demandar a los Gobiernos en unos tribunales paralelos en caso de que las leyes o regulaciones limiten su capacidad para lucrarse. Y ante todo, amenaza con encerrar para siempre a los Estados miembros de la UE entre las rejas de la injusticia del régimen del ISDS.

Este otoño la población europea y norteamericana puede conseguir que ambos tratados pasen a la historia. No es una quimera. Al contrario, ahora mismo, es una victoria alcanzable. La presión ciudadana internacional se está mostrando lo suficientemente eficaz y coordinada como para asestar un golpe en la línea de flotación del modelo comercial imperante. Y entre sus grietas, se pueden materializar nuevos paradigmas.

Sabemos que el mero hecho de derrotar estos tratados no supone un cambio inmediato de modelo. El día que se anuncie la ruptura de las negociaciones del TTIP no se desharán los recortes, ni se derogarán las últimas reformas laborales, ni los intereses privados desaparecerán de la sanidad. Tampoco habrá un reparto instantáneo de la riqueza o del trabajo. No será el día en que el cambio climático deje de ser un hecho, desaparezca la violencia machista o se evapore la deuda con los mercados financieros para poder aumentar el gasto social. No. Pero esa noche quienes tratan de obtener beneficios a costa de los derechos del resto de las personas dormirán sabiendo que su poder tiene un límite, el de la ciudadanía activa y organizada. Habrán escuchado el grito de liberación de quienes quieren un modelo de desarrollo más solidario, justo y con respeto ambiental. Sabrán de la fuerza de quienes creen que la libertad de las personas debe prevalecer sobre la de los grandes capitales. Comprenderán algo tan sencillo como que los pueblos deben decidir democráticamente su futuro por encima de los intereses de las grandes empresas.

Por ello el Pleno de la Federación STECyL-i:

Insta a las autoridades de nuestra Comunidad y a las del Estado a solicitar una moratoria completa de estos tratados con el objeto de proteger nuestro modelo social y laboral de una desregulación normativa que nos perjudique.

STOP-TTIP-CETA

RESOLUCIÓN CONTRA LAS VIOLENCIAS MACHISTAS, ERRADICACIÓN DEL TERRORISMO MACHISTA Y PARA QUE ESTA VIOLENCIA SEA CUESTIÓN DE ESTADO

Se cumple un año de la Marcha del 7N contra las violencias machistas que reunió en Madrid a  miles de personas,  y de nuevo se vuelven a convocar movilizaciones en todo el territorio español para exigir que la erradicación del terrorismo machista sea cuestión de estado.

Cada día conocemos nuevos casos de  feminicidios, una realidad que se nos impone, donde se asesina a las mujeres sólo por el hecho de serlo. El número de víctimas que se producen tanto en el Estado Español como en el resto del mundo es cada vez más elevado,  este año ya asciende  a 87 en España, aunque  según los datos oficiales serían 41. Es lamentable que en las cifras de muertes oficiales sobre el número de mujeres víctimas de la  violencia machista no  se tengan en cuenta más que a las que mueren en el acto y no a las que fallecen a consecuencia de las heridas, ni  a  las que se suicidan porque no pueden más, ni tampoco a las que son asesinadas por sicarios; porque es bien sabido, una forma de esconder la violencia género. Tampoco en esas cifras se contabilizan los hijos e hijas -alrededor de 800.000 niñas y niños- que lo padecen en el seno de sus familias, lo que supone una forma grave de ignorar la verdad de la violencia machista

Desde STECYL  exigimos que se luche por  la erradicación del terrorismo  machista y que esta violencia contra las mujeres sea cuestión de Estado, es necesario  que se incluya en la agenda política como un tema prioritario. También exigimos un acuerdo que tenga en cuenta el Convenio de Estambul y las recomendaciones de la CEDAW para que estén reflejadas todas las formas de violencia contra las mujeres, incluidas las agresiones sexuales.

La violencia contra las mujeres es una lacra social, y por ello es  necesario que las instituciones públicas y los gobernantes respondan  dotando de presupuestos suficientes para combatir la violencia de género, sin embargo, la realidad es otra,  el presupuesto de la Ley de Protección Integral, se ha visto reducido en un 11%.

Es más necesario que nunca un Plan de Acción contra la violencia sexual en el ámbito educativo dirigido a las familias, al mundo del trabajo y a las aulas, que debe ir acompañado de la derogación de la LOMCE porque esta Ley Educativa consolida una educación sin igualdad y sigue amparando la discriminación de las mujeres.

En este sentido, tanto los movimientos feministas, los agentes sociales y la sociedad en general, debemos estar alerta y tener presente la lucha contra el patriarcado, el machismo y la búsqueda de la igualdad como metas para una sociedad más justa e igualitaria.

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