Stecyl insta a la consejería a paralizar el intrusismo de Amazon en los centros educativos públicos

STECyL-i insta a la Consejería de Educación a paralizar el intrusismo de Amazon en los centros educativos públicos impidiendo su suscripción a esta campaña y reclama apostar por la economía circular.

Este comienzo de curso hemos asistido a una nueva intrusión privada en el mundo educativo a través de la multinacional Amazon”. La campaña de marketing e imagen pública denominada “Un clic para el cole” que ha desarrollado esta compañía de comercio electrónico estadounidense en los centros educativos no universitarios de todo el territorio español, es quizá una nueva vía de “privatización” o, al menos, un aumento de la dependencia del dinero privado. Esta campaña permite a los clientes destinar el 2,5% del valor de sus compras al colegio e instituto que desee.

En medio de la pandemia vemos como productores locales y comercio próximo están desapareciendo en favor de multinacionales que promueven la economía de plataforma que esconde una desregulación de derechos laborales, precariedad y falsos autónomos.

Nos parece una intrusión sin paragón en la escuela y no podemos permitir que, a cualquier precio, desde una empresa privada nos controlen y condicionen. La presión a la que se van a ver sometidos tanto docentes como familias para “hacer click” en esta campaña y “beneficiar” a su centro adquiriendo productos. La empresa ha seleccionado a su público objetivo entre el profesorado y las familias por lo que se puede  incrementar el consumismo también entre el alumnado, un riesgo que tenemos que evitar a toda costa. Nos obligan a meternos en su tela de araña para ser engullidos al instante.

Con este engranaje Amazon se asegura millones de beneficios en lo que se materializarán compras futuras de libros, material de oficina o informático e incluso de material inventariable del centro. La publicidad gratuita que le reportará a la imagen de esta empresa que “ayuda a los centros educativos” obligando a miles de centros a ser clientes y dependientes de este modelo monopolizador que imitarán otras grandes empresas.

Para STECyL-i la solución viene por la reversión de los recortes en Educación evitando así que los centros educativos se vean seducidos por estas malas artes. Hay que seguir luchando  por el aumento de la financiación de la Escuela Pública, y que las partidas presupuestarias sean suficientes, pues estas iniciativas privadas ponen sobre la mesa “las costuras del sistema educativo actual”.

Desde otro punto de vista denunciamos también la existencia de colectivos denominados “falsos autónomos” que la “economía de plataforma” ha puesto de moda. Se trata de un ejército de trabajadores y trabajadora en precarios a quienes no les queda otra opción, autónomos por necesidad, no por vocación, privados del disfrute de los derechos laborales. Desde STECyL-i exigimos que se cumpla la normativa laboral y para ello, es necesaria e imprescindible una mayor implicación de Inspección de Trabajo para hacer aflorar este fraude” y más, en un momento como éste, de fuerte necesidad de ingresos fiscales.

Esta “economías de plataforma”, que en España se incrementan con el auge de la digitalización, la crisis económica de 2008 y la reforma laboral de 2012, encuentran hoy el terreno abonado para su despegue y expansión. Nos afecta de varias maneras:

  • En primer lugar por el «dumping social» que fomenta: El negocio que no paga impuestos juega con ventaja respecto a quien sí lo hace.
  • En segundo lugar, no contribuir a las «arcas públicas» genera una falta de ingresos que lleva al Estado del Bienestar y sus servicios públicos asociados (Sanidad, Educación, Servicios Sociosanitarios, etc) a la quiebra.
  • En tercer lugar, es un modelo corrosivo que lleva a la desaparición de los derechos laborales, tal y como los entendemos hoy día. Volveríamos a una situación similar a la que había cuando no existía el derecho laboral: jornadas de trabajo eternas, inexistencia de vacaciones, pensiones miserables, etc.

Desde STECyL-i apostamos por la economía circular y el consumo de cercanía y si hay una época dedicada al consumo, es la época navideña y su vástago: las rebajas. Es un buen momento para introducir entre nuestros hábitos la reutilización de productos (o sus piezas) que todavía están en buen estado; reparar lo que se nos estropea y así alargar la vida útil de nuestros bienes; reciclar para aprovechar una funcionalidad que todavía puedan tener; valorar los impactos medioambientales que hay en la elaboración del producto así como en la vida útil del mismo, etc.

Parece que la felicidad nos va en consumir y consumir. Este consumo desmesurado que forma parte de una economía liberal supone extraer materias primas, transformarlas para crear nuevos productos, comercializarlos, usarlos y tirarlos, generando un gran volumen de residuos que se entierran no se reciclan y acaban en vertederos, con un gran incremento de la contaminación en el proceso.

Desde la escuela también debemos trabajar para promover valores relacionados con el desarrollo sostenible, la crisis climática y el cuidado del medio ambiente, debemos  favorecer el uso compartido de las cosas frente a la tenencia en exclusiva.

Y por supuesto, hagamos real el consumo de cercanía, compremos en el barrio, compremos a las y los productores locales. Consumamos productos de cercanía y de temporada y así controlaremos el impacto medioambiental de nuestro consumo. Incidir en que la ONU indica también que la producción pecuaria es uno de los principales protagonistas de la problemática ambiental a nivel mundial. Añadamos a todo ello el maltrato y la violencia que sufren los animales en el “proceso” y actuemos en consecuencia.

El Secretariado de STECyL-i a 21 de diciembre 2020

INFOGRAFIA 2 estabilizacion

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