Retrato de una universidad en crisis: menos financiación pública, más gasto privado y más lejos de Europa

Los alumnos pagan más, las universidades reciben menos

La financiación pública cae un 28% en la crisis mientras los precios que abonan los estudiantes sube un 31%, con grandes diferencias por comunidades

  • Los estudiantes y sus familias han suplido en gran parte los recortes de las universidades durante la crisis. La financiación pública cayó un 28% entre 2009 y 2015 mientras el dinero ingresado por tasas académicas subió un 31%, con grandes diferencias por comunidades.
  • El motivo no es un aumento de estudiantes o una caída del PIB, sino una decisión “claramente política”, explica la autora del último informe que analiza las cuentas de los campus públicos, presentado este martes.

Madrid, la Comunidad Valenciana y Cataluña están entre las autonomías que más han subido las tasas universitarias a sus estudiantes durante la crisis, entre el 40% y el 68% respectivamente. Y son, al mismo tiempo, algunas de las que más han reducido la financiación a sus universidades públicas, todas por encima del 30%. Así lo recoge el informe ¿Quién financia la Universidad? Comparación entre comunidades autónomas en España, Europa y la OCDE, 2009-2015, del Observatorio del Sistema Universitario, que concluye que la financiación es muy dispar por comunidades autónomas y que se aleja de los países del entorno.

La aportación por tasas ha pasado de ser el 11% al 18% del total de los ingresos de los campus públicos mientras que el dinero que aportan las Administraciones —principalmente, las comunidades autónomas, de las que depende el 94,6% de la financiación pública total— han bajado siete puntos, del 78% al 71%. España está muy por debajo de la media de la UE en la aportación pública a sus universidades(el 78,3% en los 22 países europeos que están en la OCDE) con solo tres países que dan menos: Portugal, Reino Unido e Italia.

“Unos ingresos han sustituido parcialmente a otros”, resume Vera Sacristán, autora del informe que analiza solo las universidades públicas y presenciales con datos hasta 2015, último año con cifras oficiales consolidadas. “Este análisis muestra que las comunidades que más han bajado la financiación no son las que han perdido más estudiantes ni aplican descensos proporcionales a los cambios de riqueza. La decisión es claramente política, se trata de qué posición tomar en un momento de crisis”, añade.

La veda se abrió en 2012 con un decreto del Ejecutivo de Mariano Rajoy, el que modificó la forma de calcular los precios públicos universitarios. La regulación permitió a las comunidades autónomas disparar las tasas que sus estudiantes debían pagar para entrar en la Universidad. Unas lo hicieron con más ahínco y otras prácticamente se quedaron como estaban, como han ido mostrando distintos estudios en estos últimos años. El último recuento elaborado por EL PAÍS, de 2016, reflejaba que solo Galicia y Asturias optaron por congelar las tasas durante la crisis. Con lo que cuesta una carrera en Cataluña de media, por ejemplo, se pueden pagar hasta dos carreras y media en Galicia. La combinación de la subida de tasas con el endurecimiento de los criterios para obtener becas produjo protestas estudiantiles, la denuncia pública de los rectores e incluso la movilización de las universidades, que empezaron a buscar padrinos y patrocinios privados para estudiantes sin dinero.

Madrid a la cola

La financiación pública también varía ostensiblemente de un punto a otro. Los valores extremos son los del País Vasco —con la máxima inversión, 8.429 euros por estudiante, según el informe— y Madrid con el mínimo, 4.730 euros. Pese a que es la segunda comunidad autónoma que más ha subido las tasas, Madrid pasó de ser la séptima con mayor financiación pública por estudiante a la última. Cataluña, la que más ha subido las tasas, ha descendido desde el quinto puesto al decimoquinto.

“La universidad pública española tiene un problema de financiación estructural”, ahonda Carlos Andradas, rector de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), donde se ha presentado el informe. Los recortes, subraya, han impedido una adaptación adecuada al Plan Bolonia, el proyecto de unificación de criterios educativos en todos los centros europeos que arrancó en 2007. “Hubiera debido suponer un aumento de medios, sobre todo porque necesitas adecuar más espacios, la transformación física y la transformación digital”, reclama Andradas.

La autora del informe añadió que las diferencias de inversión por comunidades se van a notar tanto en los servicios que reciben los alumnos —las aulas, las instalaciones, el número de estudiantes por profesor— como en la “gran preocupación” que conllevan estos recortes: garantizar la igualdad de oportunidades para universitarios sin recursos y para garantizar que no se pierda talento. “Aún no sabemos cómo va a ser el futuro de las universidades tras tantos años de dificultades”, añade Sacristán. “Pero si la tendencia no se consigue rectificar se acabarán resintiendo”.

En seis años de crisis las comunidades autónomas han bajado su inversión en universidad un 27%, caída que han tratado de compensar subiendo las tasas un 31%

  • Pese al aumento de los precios públicos, los campus han perdido un 20% de sus ingresos entre 2009 y 2015
  • España es el sexto país que menos invierte en educación terciaria respecto al PIB de toda Europa y ha pasado de hacerlo por encima de la media a quedar por debajo.

Cada vez peor financiada por el estado, cada vez más cara para los estudiantes, cada vez más lejos de los modelos europeos. La Universidad española se desangra por las decisiones políticas tomadas durante la crisis, según el retrato que realiza el Observatorio del Sistema Universitario catalán, presentado el martes en Madrid.

El trazo grueso del informe ¿Quién financia la universidad? Comparación entre comunidades autónomas en España, Europa y la OCDE, que se presentó ayer en la Universidad Complutense de Madrid, dibuja una universidad española que ha visto cómo disminuían sus ingresos totales un 20% entre 2008 y 2015 (último año del que hay datos oficiales) porque la subida de los precios públicos (un 31%) no compensó el desplome de la financiación de las administraciones (-27%). Aunque la caída de una partida y el aumento de la otra se manejan en porcentajes similares, el montante total de la financiación pública es mucho mayor que lo que reciben las universidades por las tasas, de ahí el descenso.

La radiografía del sector también revela que nunca fue más cierto el dicho de que hay 17 sistemas universitarios en España, según demuestra la disparidad de comportamientos —y resultados— que ha habido durante los años de crisis según la Comunidad Autónoma (quienes tienen la competencias en educación). Al menos en cuanto a la estructura de ingresos, hay 17 Españas, sostienen los autores del informe.

Evolución de la financiación pública de la Universidad entre 2009 y 2014.

Evolución de la financiación pública de la Universidad entre 2009 y 2014.

Así, por citar algunos indicadores, tras ocho años de vaivenes, las universidades riojanas ingresan 10.000 euros por estudiante, un 54% más que Islas Baleares (6.479); los centros vascos reciben casi el doble de financiación pública por alumno que los madrileños (8.429 euros frente a 4.730); Andalucía gasta casi el cuádruple en relación al PIB que Islas Baleares (0,87% frente al 0,23%) y el precio de las tasas en Cataluña más que duplica el gallego (2.123 euros frente a 832). Son solo algunos ejemplos.

Desde el Observatori, Vera Sacristán, profesora de la Universidad Politécnica de Catalunya y autora del estudio, destacó que estas variaciones tanto en la financiación como en el valor de las tasas no responde ni a la evolución de la riqueza de las comunidades autónomas ni a cómo ha variado el número de estudiantes. O sea, son decisiones políticas. «La Universidad pública española tienen un problema estructural de financiación», zanjó Carlos Andradas, rector de la UCM y anfitrión del evento.

Las que más recortan son más caras

Bajando al detalle, se observa una tónica común en cuanto a la evolución de los ingresos de las universidades: cae la financiación de las administraciones públicas (las comunidades autónomas aportan el 95% de estas partidas) mientras suben las tasas universitarias, el dinero que aportan los estudiantes. Dicho de otro modo, los gobiernos regionales han cargado a las familias sus recortes.

Así, de media las universidades reciben un 27,7% de fondos menos hoy que hace seis años. Destacan en este apartado Castilla-La Mancha (-38,2%), la Comunidad Valenciana (-35,3%) y Madrid (-33,7%). Las que menos han recortado son Navarra (-18,4%), La Rioja (17,5%) y Aragón (17%).

Estos datos se entienden mejor cuando se cruzan con las subidas en el precio de las tasas aplicadas en estos años. Con algún pequeño cambio, las regiones que más recortaron son las que más han elevado sus precios públicos. Cataluña (un 67,6% más cara), Comunidad Valenciana (59,4%) y Madrid (40,7%) lideran esta tabla, que cierran País Vasco (2,2%), La Rioja y Galicia (que los han rebajado un 7,2% y un 15,7%, respectivamente)

Esto, a nivel nacional. El informe también evalúa la universidad en relación al resto de Europa y a la OCDE. Y el sistema español sufre en la comparativa.

Cada vez más lejos de Europa

El estudio del Observatorio  recoge un informe elaborado por la European University Association que divide los países del continente en cinco grupos según el comportamiento que hayan tenido con sus universidades respecto a la crisis. Según los datos, España, Grecia y Chipre componen la categoría de naciones que han rebajado la financiación universitaria más de lo que ha caído su PIB. Los otros grupos reúnen a países que han subido la financiación bien sea por encima del PIB o por debajo o que la han bajado menos de lo que ha caído el PIB o lo han hecho pese a que ha subido el PIB, caso este último de las naciones del Reino Unido, Letonia, Lituania, Hungría y Suecia.

Por último, Sacristán explicó que la crisis está alejando a España cada vez más de sus vecinos europeos en el sector universitario. Así, nuestro país invertía 14.191 dólares constantes por estudiante en 2009, por encima de la media tanto de la UE de los 21 como de la OCDE. Cinco años después, España se ha pasado al otro lado de la tabla: gasta 13.464 dólares por alumno y está por debajo tanto de la UE como de la OCDE.

Esta circunstancia se repite en todos los indicadores. En el gasto en universidad respecto al PIB, España ha pasado del 1,11% al 1,08% (y con un PIB en retroceso, lo que quiere decir que si el gasto no se hubiera tocado el porcentaje habría subido). En este apartado, España es el sexto país de la UE que menos gasta y cinco comunidades autónomas (Baleares, Navarra, La Rioja, Cataluña y Castilla-La Mancha) están por debajo de todos los países europeos en inversión en educación terciaria.

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