15 de octubre: Día Internacional de la Mujer Rural, figura fundamental en la sociedad.

“Recuperemos la visibilidad de nuestras mujeres rurales»

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El Día Internacional de las Mujeres Rurales es una jornada que se celebra anualmente el 15 de octubre desde el año 1997 y que cobra mayor relevancia desde que se establece por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2007. Desde la Organización de Mujeres de la Confederación Sindical queremos, un año más, dar la visibilidad y el lugar tan necesario a estas mujeres que, durante muchos años, fueron el sustento la economía de todas las zonas rurales de España.

 Las Mujeres Rurales son una figura fundamental en la sociedad. Su labor y dedicación en el campo y en las zonas rurales son imprescindibles para el desarrollo sostenible de nuestras comunidades. En el Día de la Mujer Rural es importante reconocer su valiosa contribución y celebrar su fuerza, su resiliencia y su determinación.

 Su trabajo en la agricultura, ganadería y en la conservación del medio ambiente es fundamental para garantizar la seguridad alimentaria y el bienestar de todas y todos. Sin su labor incansable, muchas comunidades no podrían subsistir. Estas mujeres son agentes de cambio en sus comunidades, promoviendo la igualdad de género, la educación y el desarrollo sostenible. Su voz y su presencia son vitales para la construcción de un mundo más justo y equitativo.

 Hay que tener en cuenta que muchas mujeres que trabajan en la agricultura y la ganadería no quedan recogidas en ninguna de las categorías de actividad formal. No constan como trabajadoras autónomas (con o sin empleados) ni como asalariadas, pero realizan labores indistinguibles de las de unas y otras. Son, en muchos casos, mujeres que contribuyen a la explotación agraria familiar, bien de manera habitual, dedicando unas horas cada día, bien según lo requieran las muchas vicisitudes a las que está sometida la actividad en el campo. Intercalan esas actividades laborales bajo sol y lluvia, que escapan a la contabilidad estatal y las estadísticas del empleo, con su trabajo principal: el cuidado de la casa y de las personas dependientes en el hogar (criaturas y/o personas mayores).

Analizando todos esto no olvidemos nunca que las mujeres en el mundo rural fueron y seguirán siendo las grandes matriarcas olvidadas y silenciadas, que realizaban los trabajos más duros atendiendo, como no, paralelamente, a sus tareas como madres, abuelas o hijas en las tareas del hogar.

Tenemos que tener en cuenta también la triple jornada a la que están sometidas:

  • En el trabajo productivo
  • En el de los cuidados
  • Como dinamizadoras en redes vecinales, asociaciones culturales, en la preservación del patrimonio, de la memoria y un largo etc.

Por lo tanto, luchemos por la visibilización y reconocimiento que merecen estas mujeres que durante años y siglos les fue robada.

Hemos normalizado que nuestras madres y abuelas asumieran todas estas tareas domésticas, esta mochila tan grande y pesada. En el rural, trabajaban en el campo sin ser titulares. Basta ya de llamarlas todoterreno y superheroínas cuando lo que hay es una situación brutal de machismo y desigualdad. Últimamente me vengo encontrando un mensaje que me da bastante rabia, todavía muy injertado, y es curioso, porque suelen ser hombres quienes me dicen que en su casa había un matriarcado. Que en Galicia hay un matriarcado, o que en Euskadi hay un matriarcado. Y es un falso matriarcado, porque que las mujeres ‘mandaran’ o tomaran decisiones, entre comillas, no significa que fuera un matriarcado. Creo que esto se contesta muy rápidamente con la pregunta de a nombre de quién estaban las tierras, la casa, la cuenta bancaria. ¿Estaban a nombre de tu abuela? ¿De tu tía? ¿De qué matriarcado estamos hablando? Creo que al fin la cuestión de cómo escribe lo que no se valora y lo que no se conoce tiene que ver con que estas mujeres que trabajan en el campo y que no cotizan no existen en las estadísticas. Al fin se está cambiando el relato y la forma de mirar”.
( María Sánchez, Tierra de mujeres)

Organización de Mujeres de la CI

15 de octubre de 2025

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Hemos normalizado que nuestras madres y abuelas asumieran todas estas tareas domésticas, esta mochila tan grande y pesada. En el rural, trabajaban en el campo sin ser titulares. Basta ya de llamarlas todoterreno y superheroínas cuando lo que hay es una situación brutal de machismo y desigualdad. Últimamente me vengo encontrando un mensaje que me da bastante rabia, todavía muy injertado, y es curioso, porque suelen ser hombres quienes me dicen que en su casa había un matriarcado. Que en Galicia hay un matriarcado, o que en Euskadi hay un matriarcado. Y es un falso matriarcado, porque que las mujeres ‘mandaran’ o tomaran decisiones, entre comillas, no significa que fuera un matriarcado. Creo que esto se contesta muy rápidamente con la pregunta de a nombre de quién estaban las tierras, la casa, la cuenta bancaria. ¿Estaban a nombre de tu abuela? ¿De tu tía? ¿De qué matriarcado estamos hablando? Creo que al fin la cuestión de cómo escribe lo que no se valora y lo que no se conoce tiene que ver con que estas mujeres que trabajan en el campo y que no cotizan no existen en las estadísticas. Al fin se está cambiando el relato y la forma de mirar”.
( María Sánchez, Tierra de mujeres)

Organización de Mujeres de la CI

15 de octubre de 2025

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