Entrevista a Fernando Rey, Consejero de Educación de Castilla y León.

  • «Tengo dudas de que vaya a haber reválida de la ESO» comenta el Consejero.

Fernando Rey, consejero de Educación de Castilla y León, no tiene reparo en hablar con EL MUNDO de las pegas que encuentra a las reválidas, evaluaciones finales que conforman el tuétano de la Lomce. En realidad, este catedrático de Derecho Constitucional, que no tiene carné político pero gestiona la educación de una región gobernada por el PP, dice en voz alta lo que muchos populares piensan. Augura, por ejemplo, que la prueba final que este curso deben pasar los alumnos de 4º de la ESO de toda España finalmente no se realizará.


Fernando_ReyEl ministro de Educación en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, está trabajando para alcanzar un Pacto de Estado por la Educación. ¿Habrá acuerdo?
Ojalá. Es el deseo de todos. Todo el debate sobre la Lomce ha generado como reacción la intensificación de la necesidad de pactar. En lo que no estoy seguro es en que todos entendamos lo mismo por pacto. Un pacto requiere incrementar la inversión en educación, porque, según el último informe de la OCDE, tenemos una educación de país rico con un presupuesto de país pobre. Y también plantea dificultades objetivas, más allá del talante de los actores. Por ejemplo, cómo conciliar el objetivo loable de que haya un sistema educativo único en todo el país con el objetivo, también loable, de fomentar la autonomía de los centros y reconocer las singularidades autonómicas. Ésta es una tensión complicada. O, también, cómo pasamos a un sistema más competencial al tiempo que reforzamos la educación por contenidos. Creo que el pacto es más sencillo en cosas más comprometedoras, como, por ejemplo, las reválidas, o la Religión, o la necesidad de recuperar la Filosofía.
¿Por qué?
Son cosas más puntuales y, en el fondo, los que estamos en el sistema educativo tenemos una posición bastante próxima.Tienen más dificultad las cuestiones más sistemáticas: cómo transformamos un sistema educativo muy tradicional en un sistema educativo adaptado a las necesidades de nuestro tiempo.Y eso pasa, en mi opinión, por un aula bilingüe, inclusiva y tecnológica.
¿Cree que, al final, el Gobierno va a celebrar esta curso la reválida de 4º de la ESO?
Tengo dudas. Estas dudas están alimentadas por el hecho de que, en el pacto entre el PP y Ciudadanos, fuera una cuestión a suprimir. Aunque se dijera de un modo un poco críptico. Creo que se puede modificar la ley, aunque para ello necesitamos un gobierno que no esté en funciones
Pero, por ahora, el Gobierno sigue en funciones, y debe aprobar de aquí a noviembre una orden ministerial que desarrolle estas pruebas, tanto la de 4º de la ESO como la de 2º de Bachillerato. ¿Lo hará?
Tiene ese compromiso.Y, además, lo estamos esperando. El Gobierno tiene que concretar al máximo la prueba.Sobre todo porque tenemos alumnos de Bachillerato que no saben cómo van a ser evaluados ni cómo van a entrar en la universidad. Es una situación un tanto anómala. Corre cierta prisa.
¿Va a darle tiempo a Castilla y León a desarrollar su propia normativa en tan poco tiempo?
Ya estamos, en este momento, fuera de plazo. Pero el compromiso es ir a toda velocidad para dar seguridad a los estudiantes.
Hay algunas autonomías, como Cataluña, que han expresado su intención de no hacer las reválidas. ¿Castilla y León las va a poner en marcha?
Hombre, claro que las vamos a hacer.Vamos a cumplir la norma. De hecho, estamos trabajando en paralelo con las universidades para que la evaluación de 2º de Bachillerato sea lo más parecida posible a la última Selectividad. Creo que estamos perdiendo un poco la cabeza en relación al debate sobre qué normas cumplir o no. No es elegible no cumplir las normas. Dicho lo cual, es deseable que el legislador sea lo más sensato posible.
¿Fue sensato quien hizo las reválidas?
Las personas que estamos en la gestión cotidiana de la educación nos damos cuenta de que el problema fundamental es el de superar las elevadas tasas de abandono escolar temprano que tenemos. Existe, asimismo, una alta tasa de abandono en la FP. En un sistema educativo obligatorio hasta los 16 años, se trata de no dejar a ningún escolar atrás. Además, no todos maduran al mismo tiempo. Y tenemos un sistema educativo que pone mucho el acento en los contenidos y poco en el aprendizaje de competencias, cuando tenemos mucha dificultad para evaluar competencias. En este contexto, la cuestión no es añadir más pruebas, más controles de resultados, porque nuestros alumnos son evaluados prácticamente cada día desde que entran en Infantil. No son necesarias reválidas en 4º de la ESO ni en 2º de Bachillerato. Lo que sí hace falta es diagnosticar con más finura, con más profundidad intelectual, la entrada en la universidad. Lo que tiene menos sentido es una reválida que permite, además, otras pruebas de acceso por parte de las universidades.Eso es lo que yo no acabo de ver.
Porque la ley sigue permitiendo a cada universidad poner sus propias pruebas de selección de alumnos, ¿verdad?
Al final, el problema de las reválidas es que en la Lomce está prevista una prueba nacional única y que, a la vez, cada una de las universidad puede establecer un criterio diferente de acceso. Realmente, es la antiLomce. La práctica está en las antípodas de la norma. Hace falta no sólo cambiar la Lomce, sino desarrollarla, pero no tenemos un Gobierno ni un Parlamento estable. El país vive en una situación crónica de disenso.
Los profesores han empezado el curso sin tener la seguridad de si finalmente habrá o no reválidas y cómo serán. ¿Se le quejan los docentes?
Los profesores empiezan con perplejidad, inseguridad y un cierto malestar que es comprensible. Cualquier Gobierno estable tendría condiciones para solucionar esto. De hecho, el ministro de Educación ha demostrado un talante dialogante y una voluntad de solventar los problemas, pero se encuentra en funciones y su margen de actuación es limitado.
¿Tiene sentido que los alumnos de 2º de Bachillerato se tengan que examinar para la reválida también de las asignaturas que han dado en 1º?
Nos parece sensato que se pregunte de 2º de Bachillerato y no de 1º. Al alumno de Bachillerato lo más razonable sería exigirle sólo materias de 2º; entre otras cosas, porque, como la Lomce ha intensificado el currículo, los alumnos van a tener que enfrentarse a un examen más amplio.
¿Se sentiría cómodo con una evaluación final en 4º de la ESO que perdiera su condición de reválida; es decir, que no tuviera efectos académicos y que no fuera imprescindible aprobarla para titular?
Sí, de diagnóstico.En ese sentido, sería una prueba útil. En Castilla y León ya las hemos usado y nos han servido para implementar procesos de mejora.
¿Por qué la evaluación externa de 6º de Primaria la realizaron en mayo de una forma distinta a como mandaba la Lomce y pusieron a profesores de los centros a vigilar y corregir los exámenes?
Teníamos serias dificultades para realizar la prueba en las condiciones literales que ponía la norma, porque Castilla y León es una comunidad autónoma muy extensa, con miles de centros. Suponía un colapso organizativo importante, además de encarecer desproporcionadamente la prueba, que los funcionarios fueran a todos los colegios del medio rural y a todos los concertados, que suponen el 30%. Basándonos en un principio de confianza en los profesores, interpretamos que el «carácter externo» de los docentes se satisfacía simplemente sustituyendo a profesores de 6º por otros profesores, aunque fuera del mismo centro. Hemos hecho una interpretación teleológica, atendiendo a la finalidad de la norma.
La Alta Inspección del Estado les pidió explicaciones por esta interpretación. ¿En qué estado se encuentra el expediente?
Hemos hecho las aclaraciones pertinentes y estamos al corriente de nuestras obligaciones. Se han dado por satisfechos con nuestras explicaciones. Hay que tener en cuenta que, cuando una prueba no tiene valor académico, se transforman sus exigencias.
¿En la reválida de 4º de la ESO también van a poner a profesores de los propios centros a vigilar y corregir?
No nos hemos planteado cómo hacerlo. Esta prueba está pendiente de ver.
¿Qué le parece la insumisión contra los deberes a la que ha llamado la Ceapa?
Los deberes son necesarios. Tienen su sentido si se establecen con criterio, para cada nivel educativo e incluso para cada escolar. Sirven para reforzar lo aprendido y crear un hábito de estudio. No estoy a favor de suprimirlos, ni siquiera de regularlos, porque forman parte del ars docendi del profesor. Es importante que los padres confíen en los profesores y me preocupa que se rompa la relación de confianza.

Fuente: El Mundo

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