30 de marzo Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar

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A pesar de que han pasado varias décadas desde que en 1988, en el primer Congreso de Trabajadoras del Hogar en Bogotá, se proclamase el 30 de marzo como Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar seguimos teniendo la necesidad de conmemorar este día para concienciar de la importancia de los cuidados en la sostenibilidad de la vida y reivindicar empleos dignos para quienes desempeñan estos trabajos, en su mayoría mujeres (98%). En este tiempo estas trabajadoras no han parado de movilizarse por sus derechos, algunos de ellos se han conseguido recientemente, pero actualmente siguen realizando su trabajo en condiciones abusivas y discriminatorias.

El Real Decreto ley 16/2022, de 6 de septiembre, para la mejora de las condiciones de trabajo y de Seguridad Social de las personas trabajadoras al servicio del hogar, recogió algunas de las demandas históricas de los colectivos de trabajadoras del hogar y cuidados, pero no todos los avances se han llevado a cabo. Una de las cuestiones que quedan por resolver es el desarrollo del reglamento sobre la protección de la seguridad y la salud en el trabajo de las personas trabajadoras en el ámbito del hogar.

En el mes de febrero de este año 2024 se conocieron los resultados de la Encuesta sobre Salud laboral en el empleo de hogar y cuidados, elaborada por la Universidad de A Coruña a petición de la Plataforma por un Empleo de Hogar y de Cuidados con Plenos Derechos de Madrid. Las conclusiones de este informe, realizado con los testimonios de casi 400 empleadas del hogar, ponen de manifiesto la desprotección que existe en el sector y la urgente necesidad de articular medidas para cuidar y proteger la salud de quienes nos cuidan. Los datos son alarmantes.

El 68% de las trabajadoras del hogar y cuidados son migrantes, de las cuales el 25% se encuentra en situación administrativa irregular. El 36% trabaja sin contrato ni alta en la Seguridad Social, el 39% son internas y el 35% trabaja más de 40 horas semanales. Por si esto fuera poco, casi el 50% de las empleadas del hogar y los cuidados cobra por debajo del salario mínimo interprofesional.

Estas trabajadoras se enfrentan día a día a multitud de dificultades laborales, ente las que destacan la sobrecarga de tareas (38%), la ausencia de reconocimiento (37%) y la falta de descanso (25%).

Una de las conclusiones del estudio es que la protección frente a los riesgos del trabajo tiene que ver con la nacionalidad y con la relación laboral. Las españolas suelen estar más protegidas (72%) que las extranjeras (64%), al igual que las que trabajan de modo formal (en un 79% de los casos), frente a quienes lo hacen de manera informal (67%). Un 40% de las encuestadas afirmó haber sufrido algún accidente laboral.

Casi una cuarta parte de las trabajadoras reconoce haber sufrido varios tipos de violencia en sus jornadas laborales, como faltas de respeto, tratos injustos, discriminatorios o amenazantes y violencia verbal, en forma de insultos o vejaciones. Es importante destacar que estas violencias se producen bajo el amparo de la inviolabilidad de los hogares y que existe una elevada vulnerabilidad de las trabajadoras sin contrato, de las que un 4% afirman haber sufrido abusos sexuales o ser víctima de abuso en la actualidad. Este porcentaje desciende al 1% entre las trabajadoras con contrato.

En cuanto a los efectos del trabajo en la salud, el estudio destaca que el 83% de las empleadas de hogar ha padecido consecuencias en su salud a raíz de su trabajo, sobre todo relacionados con la salud mental. Un 80% de las encuestadas manifiesta haber tenido algún problema de relacionado con el estrés, la ansiedad y la sobrecarga física, psíquica o emocional. Quienes más sufren a nivel psicológico son las mujeres mayores de 67 años, el 100%, y las trabajadoras internas, un 87%. Inevitablemente

Todos estos problemas laborales y de salud están ligados al consumo de fármacos: un 77% de las empleadas consumen algún tipo de fármaco, principalmente antiinflamatorios y/o analgésicos, antidepresivos, tranquilizantes, sedantes y/o somníferos.

Otro dato relevante es que un 44% de las empleadas de hogar encuestadas manifiesta que ha ido a trabajar estando enferma, solo al 15% de las que ha acudido al centro de salud le han reconocido la baja. Este reconocimiento es más frecuente entre las trabajadoras externas que las internas, así como entre las empleadas de nacionalidad española frente a las de nacionalidad extranjera. Además, un 40% ha tenido accidentes o enfermedades en el trabajo y solo al 10% le han reconocido la enfermedad profesional o accidente laboral.

Para concluir, el informe identifica cinco factores que aumentan el riesgo en este sector laboral: la situación administrativa, la nacionalidad, la edad, la regularidad del empleo y la modalidad del empleo. Según el estudio, “el perfil de las trabajadoras de hogar y cuidados cuya salud está más afectada y que están más expuestas a riesgos laborales se corresponde con el de mujeres migrantes, muy jóvenes o mayores -por encima de la edad de jubilación-, en situación administrativa irregular, que trabajan como internas y de manera informal.”

Es evidente que la protección de las trabajadoras del hogar y cuidados está fallando. La sociedad y el Estado no pueden seguir mirando hacia otro lado mientras las empleadas del hogar y cuidados trabajan sin protección ni reconocimiento social. Es urgente garantizar sus derechos laborales y las condiciones de trabajo dignas para el desempeño de su trabajo con total seguridad.

Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical
30 de marzo de 2024

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