Las Oposiciones de Secundaria una «catástrofe» sin precedentes. El 45% de las plazas podrían quedar vacantes: 256 ya están desiertas tras la primera prueba
STECyl estima que en Secundaria un 45% de las plazas van a quedar vacantes, en este momento ya hay 256 desiertas y aún falta por realizar la segunda prueba (programación y unidad didáctica)
La oposición a Educación en Castilla y León: una «catástrofe» sin precedentes
La reciente convocatoria de oposiciones para Educación Secundaria en Castilla y León ha resultado ser un auténtico desastre, según afirman los opositores. De los 4.957 aspirantes que se presentaron en junio, solo un 8% ha superado la primera prueba, lo que ha generado una gran preocupación y descontento entre los afectados.
Consideran que este proceso selectivo debería dividirse en dos, por una parte, para los docentes que ya han ejercido y, por otra, para los recién graduados que se presentan por primera vez y no han tenido oportunidad de trabajar
La convocatoria está formada por dos fases eliminatorias: es necesario aprobar la primera para hacer la segunda. Sin embargo, la cifra de opositores que ha pasado la primera parte de la prueba y que ahora deberán defender la programación y la unidad didáctica se encuentra en el 8% y en algunas espacialidades como Matemáticas, Tecnología e informática en el 4%
La segunda fase, que arranca los primeros días de julio, está enfocada en valorar la aptitud pedagógica y el dominio de los recursos necesarios para el desempeño docente. En esta etapa, los aspirantes deben presentar y defender una programación didáctica, así como preparar y exponer oralmente una unidad didáctica. Para superar cada una de las dos pruebas será necesario obtener una calificación mínima de cinco puntos sobre diez.
Un porcentaje de aprobados alarmantemente bajo
- En Matemáticas, solo 36 aspirantes han superado la primera prueba para 170 plazas convocadas, lo que significa que 134 plazas podrían quedar desiertas si todos ellos aprueban la segunda parte.
- Esto ha llevado a que se prevea que un gran número de plazas quedarán vacantes, lo que supone un grave problema para la Consejería de Educación.
Criterios de valoración cuestionados
- Uno de los puntos más repetidos entre los opositores y sindicatos es la ausencia de criterios objetivos y rúbricas claras que orienten la preparación y la corrección de las pruebas.
- Los opositores han cuestionado los criterios de valoración utilizados en la primera prueba, que se dieron a conocer solo diez días antes de los exámenes.
- Esto ha generado una gran incertidumbre y ha afectado negativamente a los aspirantes, que llevaban años preparándose para estas pruebas.
Situaciones «inimaginables» en algunos tribunales
- En algunos tribunales, la situación ha sido especialmente llamativa, con solo un aprobado por tribunal.
- Esto ha sucedido en Matemáticas y Tecnología, donde el número de opositores que han superado la primera prueba es extremadamente bajo.
Consecuencias para la Educación en Castilla y León
- La elevada cantidad de suspensos en la primera prueba presupone que muchas plazas quedarán desiertas, lo que tendrá graves consecuencias para la Educación en Castilla y León.
- La Consejería de Educación ha convocado un total de 575 plazas para Secundaria, pero según los datos publicados, solo 319 personas han pasado a la segunda fase, lo que significa que 256 plazas no se cubrirán.
Reacciones de los opositores
- Los opositores no salen de su asombro y afirman que «esto no es normal» y están preparando una avalancha de recursos de alzada para impugnar los resultados y exigir una revisión de los criterios de valoración.
- Para la organización de estas pruebas, la Consejería distribuyó a los aspirantes en 60 tribunales ubicados, en cinco localidades de la Comunidad, (León, Ponferrada, Salamanca, Soria y Zamora)
En resumen, la oposición a Educación en Castilla y León ha sido un fracaso sin precedentes, con un porcentaje de aprobados alarmantemente bajo y una gran cantidad de plazas que quedarán vacantes. Los opositores están decididos a luchar por sus derechos y a exigir una revisión de los criterios de valoración.