IES Castella Vetula, un instituto internacional

Se encuentra entre los pocos de Castilla y León con un programa Erasmus e intercambios con Canadá y Francia.

Carla Zarzosa Ruiz, Francisco Fernández Condado y Claudia Ruiz-Cuevas Sainz son tres de los 27 alumnos de cuarto de la ESO del instituto Castella Vetula, de Medina de Pomar, que este curso han tenido la oportunidad de aprender otro idioma en el extranjero y conocer otras culturas y otros sistemas educativos muy diferentes al español.

El centro medinés lleva casi una década esforzándose por potenciar la vertiente internacional de sus estudiantes y gracias a ello ha logrado entrar durante los tres últimos cursos y el próximo de 2019/2020 entre los quince institutos y colegios de Castilla y León que pueden enviar a cinco de sus alumnos a los intercambios en lengua inglesa que organiza la Consejería de Educación con las regiones canadienses de Alberta y British Columbia. Asimismo, ocupa el octavo lugar de la selección de 45 centros publicada el pasado mes de abril por la Junta de Castilla y León para los intercambios en lengua francesa con la región canadiense de Quebec y los centros de la Academie de Grenoble (Francia), que también disfrutará por cuarta ocasión el próximo curso.

Juan Ángel de la Torre, director del Castella Vetula, se muestra sin dudarlo orgulloso de este posicionamiento de «un centro rural que se esfuerza por dar una oferta al mismo nivel o incluso mucho mayor que cualquier urbano» y de la labor que desarrollan tanto Laura Saiz, coordinadora de los intercambios de inglés, como Carmen Pérez, jefa del Departamento de Francés. La primera también se ocupa junto con Guillermo Arias del programa Erasmus que el instituto medinés lleva disfrutando cinco cursos y que ha hecho posible una relación ya de amistad con el instituto alemán Hariolf Gymnasium, de la ciudad de Ellwangen, a 80 kilómetros de Stuttgart. Tanto es así que el Castella Vetula ha planteado al Ayuntamiento que estudie un hermanamiento con Ellwangen,  que suma 24.700 habitantes.

Además de los cinco  intercambios Erasmus con Alemania, un programa avalado por el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades financiado por la Unión Europea que en 2018 solo se concedió a 22 colegios e institutos de Castilla y León, el centro ha desarrollado otros dos intercambios con el mismo instituto de forma independiente. El de este año ha sido el séptimo.

En Canadá.

Carla viajó a la ciudad de Okotoks, a media hora de Calgary entre el 30 de agosto y el 20 de noviembre pasados y volvió con una  «experiencia totalmente positiva», como Claudia, dado que la Junta de Castilla y León trabaja al detalle la afinidad entre los alumnos que intercambia. Además, «fueron dos meses y medio hablando inglés sin parar». No tenía otra opción, porque en su centro, de 3.500 alumnos, solo conoció a otra española ya cuando se iba a marchar. Comprobó que se defendía, que en las clases podía participar, incluso hacer exámenes, pero notó «una gran mejoría entre el principio y el final». Recomendaría esta experiencia a alumnos «responsables, porque hay que llevar muy al día la tarea» que le ponían vía internet desde el instituto medinés para adaptarse al regreso. En Canadá comprobó que el sistema educativo apuesta más por proyectos y no tanto por los exámenes, pero «el nivel aquí es mayor», apunta.

40 bajo cero.

Claudia recaló en Plessisville, en la región de Quebec, en enero y febrero y experimentó temperaturas de 40 grados bajo cero. Apostó por un intercambio de francés, que estudia desde primero de ESO, «porque así tenía más posibilidades de conseguir plaza y, sobre todo, de ir a Canadá». Pero además también tuvo oportunidad de practicar inglés, dado que Quebec es bilingüe. Su ciudad era similar a Medina en población, pero el instituto alcanzaba una matrícula de un millar de alumnos de todo el entorno. «Me defendí bastante bien ya acabé aprendiendo bastante», destaca Claudia, aunque la palma se la llevó su compañera, que dio seis horas de español antes de venir a Medina y «se fue con un nivel de español alucinante».

El próximo curso toca Medina

Francisco viajó a Ellwangen en abril y ha sido anfitrión de Aurelien durante una semana en mayo. Allí, disfrutó con sus 16 compañeros del proyecto de geolocalización del patrimonio ideado por los dos centros y que el próximo curso tocará desarrollar en Medina. Ya le ha picado el gusanillo de los viajes y las nuevas experiencias y ha solicitado irse a Canadá el próximo curso. En Alemania se defendía e incluso apreciaba el acento alemán mezclado con el inglés que compartían. De su intercambio se lleva amigos, que planean volver a verse. «Tender lazos con Alemania, una gran potencia europea, es muy interesante», apunta a su lado el director.

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