A vueltas con la Lomloe y las aulas de dos años

Victoria Ibeas,  de STECyL, alerta de que, de continuar esta situación, habrá dificultades en el futuro para encontrar profesionales que quieran asumir la gestión de los centros educativos.

  • Critica que la Consejería de Educación aún no haya publicado los currículos definitivos de la nueva normativa (se acaban de publicar el 30 de septiembre), «haciendo que los profesores tengan que elaborar sus programaciones didácticas sobre unos borradores».

Los profesores se quejan de que la Junta aún no haya publicado los currículos definitivos y empiecen a faltar técnicos en las clases. – Foto: Patricia

La problemática de la falta de personal que cubra la hora lectiva que se ha reducido a los maestros, recuperando así una situación laboral que perdieron en 2012, cobra más relevancia en un curso que ha arrancado con importantes novedades. Por un lado, la implantación de los currículos de la nueva ley de educación (Lomloe) en los cursos impares y, por otro, la puesta en marcha de la gratuidad de la etapa de 2 a 3 años que ha llegado también a 12 colegios de la capital.

Las dos circunstancias suponen un trabajo añadido para los docentes e incrementa la «presión» de los equipos directivos, según expone la responsable provincial del sindicato Stecyl, Victoria Ibeas, quien alerta de que, de continuar esta situación, habrá dificultades en el futuro para encontrar profesionales que quieran asumir la gestión de los centros educativos. Critica que la Consejería de Educación aún no haya publicado los currículos definitivos de la nueva normativa, (se han publicado el 30 de septiembre) «haciendo que los profesores tengan que elaborar sus programaciones didácticas sobre unos borradores».

Belén Barrios, del colegio Solar del Cid, subraya que carecen de las directrices específicas que concreten los contenidos de cada nivel de enseñanza, de tal forma que «trabajamos sobre aspectos muy generales y básicos» hasta que los textos finales se publiquen «a finales de diciembre o en enero». «Continuamos con el proceso de aprendizaje que teníamos implantado», añade.

Esta situación se produce de manera generalizada en los centros de Primaria y Secundaria, por lo que se puso encima de la mesa en la reunión mantenida entre los directores y la Dirección Provincial de Educación, que a su vez les ha emplazado a un nuevo encuentro en octubre para abordar la aplicación de la llamada Ley Celaá.

A ese esfuerzo añadido de los profesionales se refiere también Laura Ramos, del Jueces de Castilla, quien pone de manifiesto el trabajo que requiere sacar adelante un curso «con un cambio de normativa». Este centro ha estrenado  las aulas de 2 a 3 años, cuyas instrucciones «se han dado muy tarde», además de que en su caso la problemática radica en la falta de espacio de las instalaciones, que ha obligado a tener que ubicar la biblioteca en uno de los pasillos.

Sobre la implantación del último curso del primer ciclo de Infantil en los colegios, la responsable del Padre Manjón, Sofía Rodríguez, asegura que las obras de adaptación de aulas terminaron «al límite», al tiempo que critica que no se haya tenido en cuenta a los niños de este nivel en los horarios de comedor. En el Fernando de Rojas también se han incorporado estas aulas, sobre las que su directora, Esther Peña, asegura que «tenemos que adaptarnos a esta realidad», donde conviven personal laboral (técnicos de educación infantil) y funcionarios o interinos docentes.

Ibeas ironiza con que «sale más barato tener a dos técnicos que a un maestro y un técnico», tal y como había reclamado el sindicato a la Consejería, advirtiendo de que las listas de laborales están agostadas desde 2016, con lo que «no hay gente para cubrir cualquier baja o reducción de jornada». Además, señala que la contratación es «más compleja» que la de un docente a la hora de realizar las sustituciones y asegura que ya se está produciendo una falta de estos profesionales en las aulas burgalesas.

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