¿Cómo lo están haciendo los países de al lado?

Denominador común: Los países de la UE coinciden en que la vuelta a los colegios es vital para retomar el nivel perdido.

  • Europa transita, en un complejo juego de equilibrios, hacia la normalización de la actividad escolar tras las vacaciones.

Lo hace en un horizonte incierto, con la amenaza del coronavirus, cuya segunda oleada se ha anticipado a las previsiones que apuntaban más a otoño. A falta de semanas para que se complete el regreso de los estudiantes, los países de la UE coinciden en una cuestión: la vuelta a los colegios es vital y los alumnos deben retomar las clases cuanto antes para recuperar las horas lectivas presenciales perdidas por el confinamiento.

Como-Hacen-Otros-paisesAlemania

La avanzadilla la tiene Alemania. Varios de sus estados han reabierto sus colegios y comprobado el difícil reto que plantea el virus, después de que la semana pasada forzara el cierre de dos centros a los cinco días de su reapertura. El resto de países toma nota y sigue con su calendario para el retorno a las aulas, que se concentrará en septiembre. La estrategia es clara: extremar la higiene, mantener la distancia en la mayoría de los casos y el uso casi generalizado de mascarillas. El guión, aun abierto a cambios. Sus restricciones a distintos niveles en la vuelta a las aulas: accesos diferentes en espacio y tiempo a los centros escolares, aislamientos entre clases para evitar contactos entre alumnos de distintos cursos y uso de mascarillas en pasillos y patios, y en algunas regiones o colegios también en las aulas. Así comenzó esta el curso en tres de los 16 estados federados tras las vacaciones estivales, que en Alemania son de seis semanas.

Reino Unido

En Reino Unido, Escocia retoma la docencia en un ambiente de crispación. Los estudiantes escoceses iniciaron esta semana el regreso gradual a sus escuelas, que tienen que estar abiertas al completo el 18 de agosto. En Irlanda del Norte, la reapertura de será entre el 24 y el 1 de septiembre. En los dos primeros días del próximo mes tienen que abrir las de Inglaterra, y entre el 1 y el 14 de septiembre todas las de Gales. La reapertura se produce en un momento de consternación para muchos estudiantes escoceses. Sus notas del curso fueron reducidas drásticamente por la Autoridad de Calificaciones, con un método que considera el cierre por la pandemia. El ministro de Educación prometió rectificar. El 40% de las notas preuniversitarias, esenciales para la obtención de plaza, van a ser revisadas a la baja en Inglaterra, según The Guardian. A la espera de confirmación y de la posible protesta, el Gobierno de Boris Johnson alienta la reapertura de las escuelas —«es nuestro deber moral», dice el primer ministro— pese a las reservas de los sindicatos. El ente de salud pública, PHE, va a publicar un estudio que mostraría la escasa transmisión entre escolares, y que el riesgo entre profesores es parecido al de otras profesiones. Los sindicatos han elaborado una guía mucho más detallada para que sus miembros comprueben que se dan los pasos correctos, frente a las más vagas instrucciones del Ejecutivo.

Francia

El de Francia es un caso sin distancia social para un regreso masivo de escolares. El curso escolar empieza este año el 1 de septiembre para todos los niveles, desde maternelle (infantil) a lycée (bachillerato). Por ahora, el Gobierno ha anunciado que se relajarán algo las medidas de seguridad impuestas tras el confinamiento, sobre todo entre los más pequeños. Ya no será obligatorio, por ejemplo, para lo profesores de infantil llevar mascarilla en las clases. Tampoco se exigirá el distanciamiento físico entre alumnos, ni en las aulas o el patio porque el objetivo es acoger a todos los niños. Además, se permitirá compartir objetos. La mascarilla solo será obligatoria a partir del collège (secundaria, 11 años). El personal de los centros, a excepción de preescolar, sí deberá que llevar esa protección cuando no se pueda mantener la separación de un metro. De igual modo, se ha eliminado una directiva que pedía limitar la mezcla entre clases o grupos.

Italia

Italia se prepara para la desinfección «periódica» y atención psicológica. En este curso que arranca en septiembre, las escuelas italianas tendrán actividades de apoyo psicológico para hacer frente a situaciones de estrés derivadas del covid. De igual modo, Gobierno y sindicatos han redactado un protocolo para permitir una vuelta a las aulas con la máxima seguridad posible. Así, las entradas y salidas de los colegios serán distintas y se limitará el acceso a visitantes, como padres y madres. Los profesores y alumnos que se hayan contagiado deberán presentar un certificado médico de que han superado la enfermedad. De igual modo, los centros deberán asegurar la limpieza «diaria» y desinfección «periódica», a la vez que se respetará en su interior la distancia de un metro. El uso de mascarilla será obligatorio para todo aquel que entre a las escuelas. A finales de este mes, el Gobierno decidirá si los alumnos deberán usarla también. La ministra de Educación italiana, Lucia Azzonllina, aseguró ayer que para garantizar la seguridad se han comprado «2,4 millones de pupitres (individuales) en un país donde nunca se han realizado inversiones en mobiliario. También habrá 11 millones de mascarillas al día y 50.000 litros de gel desinfectante, así como pruebas rápidas para el personal escolar».

Bélgica

En Bélgica trabajan con distintos escenarios, según la evolución de la pandemia. Las autoridades belgas han dibujado varios escenarios (verde, amarillo, naranja y rojo) para orientar a los centros en la vuelta a la actividad escolar. Todo está supeditado a la evolución de la pandemia. Aun así, para la educación básica (preescolar y primaria), se espera que los estudiantes asistan a las aulas todos los días desde el 1 de septiembre. En Secundaria se definieron tres tipos de reingreso que decidirá el Consejo de Seguridad Nacional. Van desde la apertura con normalidad, a recibir clases presenciales cuatro días a la semana o con un número limitado de alumnos que deberán usar mascarilla y recibir lecciones a distancia. Los grupos de cada clase serán considerados una «burbuja» y deberán permanecer juntos durante las horas lectivas, el recreo y la comida.

Portugal

A Portugal le espera el curso más largo y con mascarillas a partir de quinto de Primaria. El curso escolar en el país vecino comenzará entre el 14 y el 17 de septiembre para todas las modalidades, algo más tarde que e España. Será más largo de lo habitual, con menos vacaciones, con la enseñanza presencial como regla, pero se ha preparado un ‘plan B’ con regímenes mixtos y otro 100% a distancia por si fuese necesario cerrar de nuevo los colegios y dedicar espacio a la enseñanza online. Las mascarillas serán obligatorias dentro del recinto docente a partir de quinto de Primaria (10 años).

Profesores, padres y alumnos inician la cuenta atrás de la ‘vuelta al cole’ con temor a la falta de seguridad

  • Quedan tres semanas para que abran 220 colegios e institutos y no hay instrucciones para garantizar la continuidad

«El inicio del curso es alarmante porque los protocolos no están preparados para empezar con seguridad de forma presencial». El inquietante mensaje que lanza el profesorado a través del presidente de la Junta de Personal Docente, Javier Fernández, es compartido por padres y madres y alumnos. La ONU ha pedido la reapertura de las escuelas en cuanto sea posible en todo el mundo para evitar una catástrofe y ayer mismo el ministro de Sanidad, Salvador Illa, aseguró que las competencias para desarrollar la llegada a las aulas dependen de cada autonomía, por lo que la pelota queda ahora en manos de la Junta.

Ante la inminencia del inicio del curso en 220 centros leoneses —el día 9 empiezan Infantil y Primaria, y el 14 el resto— hacen falta instrucciones precisas, garantías para la salud y pautas claras sobre cómo actuar cuando vayan surgiendo positivos.

Estas condiciones, que implican la reducción del número de alumnos por clase y el seguimiento sanitario riguroso de los centros, van a exigir un aumento de recursos y de personal. Y ahí se plantea uno de los grandes interrogantes: «Las ratios no son seguras, y son una insensatez; trabajar con 25 alumnos es como hacerlo habitualmente, además que los profesores no están preparados, porque no han recibido información con toda esta falta de liderazgo», sostiene Fernández. Hacen falta, además, 1.660 profesores de refuerzo sólo en León que nunca van a llegar en caso de que haya que volver a la educación online. Y lo de las aulas burbuja como grupos estables de convivencia requerirían uno o dos docentes, por lo que todo el sistema educativo se iría a la porra». Las direcciones de los centros tampoco se ven preparadas para abordar el inicio del curso con protocolos muy frágiles, que se limitan a medidas higiénicas y de distancia social, algo que precisamente «no se puede cumplir en León, sobre todo en la concertada».

Sería el momento, por ejemplo, de implantar la enfermera o coordinador escolar. «Debe estar en los centros para coordinar la promoción de la salud, la coordinación de las medidas frente a la covid y para ayudar al profesorado y al alumnado; porque está recayendo sobre el profesorado y somos profesionales en lo educativo pero no en lo sanitario», propone Sonia García, secretaria de Comunicación de Anpe.

Ante el riesgo de un nuevo confinamiento piden legislar ya la enseñanza por internet. Hay tres posibles escenarios: el presencial total si la pandemia está más o menos controlada; el mixto, combinando presencial con grupos de convivencia de unos 25 alumnos y enseñanza en línea, y el totalmente telemático, si es imposible la incorporación a las aulas.

«Ninguno de los tres panoramas está definido, les han dado la responsabilidad a cada centro para que se organicen como puedan y los colegios no están preparados porque no ha habido tiempo», explica el representante de los padres de la concertada, quien lamenta que «se están dando palos de ciego, sin saber cómo empezamos».

Los padres y madres de la enseñanza pública, agrupados en la Ceapa, defienden la importancia de la presencialidad para garantizar la equidad e igualdad de oportunidades del alumnado, ya que si algo ha quedado claro en el curso pasado es que la enseñanza a distancia dificulta el derecho a la educación, a causa de la brecha digital y social.

«Las clases presenciales son insustituibles, pero hay que poner todas las garantías para que sea de manera segura, que no va a haber ningún riesgo de contagio», opina su presidenta, Leticia Cardenal. Los padres y madres de la concertada (Concapa) están dispuestos a sugerir que no se incorporen los alumnos a las aulas hasta que no se garantice esa seguridad y los centros estén preparados para recibir a los escolares.

Para los estudiantes «es imposible empezar el curso y mantener la distancia de seguridad y otras medidas si no se baja el ratio de alumnos o se contrata a más profesores», asegura Marina Mata, del Sindicato de Estudiantes. «Hemos vivido un cierre de curso que ha sido un completo caos, ha sido imposible de seguir para muchos, sobre todo para los que viven en familias vulnerables que no han tenido ni ordenador ni internet», añade, y reclama un plan para revertir los recortes de la educación pública, «que ya se encontraba en situación de emergencia antes de la pandemia».

Entre las propuestas que no han sido escuchadas —hasta hoy nadie se ha puesto en contacto con ellos pero sí han escuchado exabruptos como el de Igea en relación a las vacaciones— está la de implantar medidas claras, como las que se han adoptado en otros ámbitos: «Tomar la fiebre a la entrada del centro escolar o desinfección de los zapatos; van a pasar muchas horas allí y hay que garantizar que nadie de la comunidad educativa corra ningún riesgo dentro de los colegios, alumnos, profesores, administrativos, trabajadores del comedor o repartidores». Porque si se da un solo positivo, todo el aula se irá a casa de cuarentena.

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