Escuela de barrio en la aldea digital
TECNOLOGÍA POR LA DIVERSIDAD
El colegio Padre Manjón es uno de los 12 de León con el más alto nivel en el uso de las últimas tecnologías y el único con programa bilingüe francés pero lucha por «la integración real»
ANA GAITERO | LEÓN
—¡La tecnología!
—¡Los profesores!
—¡Las instalaciones!
—¡Las relaciones!
El alumnado de sexto de Primaria del colegio Padre Manjón expresa, por este orden y con gran entusiasmo, las mejores cosas de su escuela. Un centro público con 130 niñas y niños de tres años en adelante que lucha a brazo partido por una «integración real» en un barrio multicultural como es Armunia.
Prefieren el inglés en el único centro de la provincia que tiene un programa bilingüe francés desde hace 13 años. Los letreros en el idoma galo pueblan las paredes de los pasillos y las aulas de esta escuela que sustituyó a las viejas aulas del Padre Manjón de Armunia en las que hizo sus prácticas de Magisterio el insigne lingüista babiano Guzmán Álvarez en tiempos de la II República.
«El inglés lo estudian desde infantil, con el francés empiezan en primaria», aclara la directora Pilar Robles Santamaría. El programa está consolidado aunque el centro de referencia más cercano para el alumnado que quiera continuar esta enseñanza es el IES Eras de Renueva.
Hay un diploma en el pasillo principal en perfecto español. Acredita el nivel 5 del colegio en la aplicación de tecnologías de las información y la comunicación. La escuela pertenece a la red XXI de la Junta y ha logrado la excelencia en el uso de las TIC en sus aulas. Desde el año 2011 cuenta con este marchamo que distingue por ahora a 12 centros de toda la provincia, 11 públcios y uno concertado. Y lo que es más importante. Ha logrado renovarlo en los últimos cursos.
Usar la pizarra digital es lo más corriente en el Padre Manjón, sobre todo en las aulas de 5º y 6º de Primaria. Es una de las herramientas que utiliza la profesora de inglés. I love going out (me gusta salir) es el nombre de la unidad que estudian la última semana de abril y el título de la canción que introduce nuevo vocabulario y gramática.
Mientras la oyen, ven cómo se escribe en la pizarra digital. En el laboratorio de idiomas el alumnado de 2º curso hace un ejercicio de listening, escuchar y escribir lo que oyen en su ficha didáctica.
También hay aula de informática y los mayores acaban de estrenar los pequeños portátiles que utilizan en las asignaturas instrumentales de lengua y matemáticas con su tutora, Montse García. A través de la página web del centro acceden a plataforma virtual de la Junta en educacyl. El profesorado tiene su clave y cada alumno y alumna la suya.
Enviar trabajos por correo es ya una práctica normal, aunque tienen el inconveniente de que una parte significativa de las familias carecen de ordenador e internet en casa. En cuarto curso han aprendido a crear un blog y, lo que es más importante, a alimentarlo con experiencias y creaciones propias bajo la supervisión del maestro.
Los chicos y chicas que terminan la primaria en el Padre Manjón suelen continuar la secundaria obligatoria en el colegio Don Bosco, concertado, y el instituto público Antonio García Bellido. La proximidad es uno de los factores que han influido a la hora de elegir el centro a la gran mayoría de las familias que escolarizan aquí a sus hijos o hijas.
Pero lo que más valoran coincide con lo que dice el grupo de escolares veterano. «Es un colegio bien preparado, tiene laboratorio de idiomas, pizarras digitales, está limpio y el profesorado es estupendo, muy comprometido», apunta la secretaria de la Ampa, Ludi González.
Su hijo mayor Abel está a las puertas de la Selectividad y su hija Sofía termina 6º de Primaria. Los dos han ido a la misma escuela. «Mi hijo siempre sacó muy buenas notas y estoy muy contenta con el profesorado de Sofía», añade. Esta madre valora muy positivamente que este curso el centro se decidiera a hacer grupo flexible para que el alumnado que «va mejor puedan avanzar», apunta.
De la misma opinión es Natividad Turienzo, madre de dos niños y una niña escolarizados en este centro, y que valora las posibilidades de atención más individualizada en una escuela donde la ratio por aula está muy lejos del límite de los 25 escolares. Cada clase tiene unos 15 alumnos y alumnas por término medio. Otra singularidad del centro es que en la etapa de infantil «no hay libros de texto porque se trabaja con proyectos», indica una maestra.
El presente curso, por primera vez, se consiguió un aula coral y un taller de teatro dependientes de la Escuela Municipal de Música, Danza y Artes Escénicas con una veintena de alumnos y alumnas inscritos inicialmente. Continúa la tradicional actividad de predeporte.
El centro tiene banco de libros que forma parte del programa Releo de la Junta para favorecer el intercambio y el ahorro. En el barrio ofrecen apoyo escolar el centro juvenil Don Bosco y el Ayuntamiento de León en la casa de Cultura de Armunia y en el Centro Canseco.
Pero la matrícula baja en picado. Hay gran diferencia entre los últimos y los primeros cursos, donde escasea más el alumnado tanto en matrícula como en asistencia a la escuela. «Cada vez hay menos niños, no sabemos muy bien si porque ha bajado mucho la natalidad o porque los pocos que nacen en el barrio van a otros centros», señala.
Los motivos de las familias que deciden enviar a sus hijos e hijas a otros centros oscilan entre la falta de servicios, como el comedor escolar, y la menor oferta de actividades extraescolares. Hay quien confiesa, sotto voce, que no quiere que sus hijos se socialicen en un entorno con predominio de la etnia gitana. A esta familia no le ha condicionado la diversidad del centro. «Mis hijos han ido a este centro porque veo que funciona bien y, contrariamente a lo que me temía, el mayor salió bien preparado para la ESO. De lo contrario, los hubiera cambiado sin dudarlo», subraya la madre.
«Cuando íbamos por el 60-30% de proporción entre payos y gitanos ya advertimos a la Dirección Provincial de Educación que el colegio corría el riesgo de convertirse en un gueto», señala la secretaria de la Ampa. El predominio de la población gitana se debe tanto a la presencia de esta comunidad en el barrio como a la demanda que hay de plazas en el centro de familias que vienen de otros barrios. La libre elección de centro a que tienen derecho las familias prima sobre el equilibrio de la diversidad. Los esfuerzos del claustro por conseguir la integración son ímprobos. Es uno de los colegios que se ha sumado al programa emprendedores de Educación. El poeta Federico García Lorca ha sido su guía e inspirador para fomentar las capacidades artísticas del alumnado. Se trata de que vislumbren las oportunidades que una experiencia artística les puede ofrecer como salida profesional.
El alumnado que conseguirá con éxito los objetivos curriculares al final de la Primaria no es el predominante, pero «tenemos alumnos y alumnas muy buenos», subrayan. El colegio Padre Manjón forma parte del programa Promociona de la Fundación del Secretariado Gitano. Su objetivo es favorecer el éxito escolar y lograr que este alumnado consiga finalizar la Educación Secundaria Obligaria de manera ordinaria.
El trabajo se centra en alumnado de 5º de Primaria hasta 4º de la ESO, por lo que también trabajan en el entorno escolar del IES Antonio García Bellido, el colegio Don Bosco y el centro juvenil del barrio. Empezaron con ocho escolares y ahora tienen 20 en este programa. «Los estereotipos que aún perduran sobre la comunidad gitana hace que el resto de la población todavía sienta cierto rechazo», explica Virginia Mateos Torices, la orientadora educativa del programa. «Desde el principio, y ya van cuatro cursos, hemos trabajado con el Padre Manjón y vemos el gran esfuerzo que están realizando. Educación debería erradicar este desequilibrio», indica la educadora.
El colegio trabaja para normalizar la escolarización de un colectivo que parte de una desventaja histórica. Hace 15 años casi ningún gitano iba al instituto. Ahora se trata de que mantengan la continuidad y adquieran los hábitos que la favorecen. La puntualidad es uno de los caballos de batalla y por eso ha puesto en marcha un plan de mejora.
Cada mañana, a las nueve menos cinco suena una música en el patio. Son canciones elegidas en el aula y que sus maestras ponen por la megafonía. Los diez primeros minutos de clase se dedican a una dinámica de grupo en la que el juego es la principal herramienta. Es una manera de atraer, cual flautistas de Hamelin, al alumnado tardón, o más bien, a sus familias.
León tiene 73 centros con certificación TIC.