La Universidad pide retrasar a 2025 los primeros cambios en la Selectividad

Los campus solicitan en un escrito que los exámenes duren 90 minutos

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ELISA SILIÓ, Madrid

Si se cumple el plan marcado por el Gobierno, los estudiantes que este año cursan primero de bachillerato serán los primeros en someterse a parte de los cambios en la Selectividad -que será menos memorística, con la aplicación de lo aprendido como eje- en junio de 2024; sin embargo, las universidades piden a los ministerios de Educación y Universidades que retrasen a 2025 la remodelación.

Lo han hecho a través de una evaluación por escrito, a la que ha accedido EL PAÍS, que presentaron en la permanente del Consejo Universitario el lunes. Además, el deseo de los rectores es que los exámenes duren 15 minutos menos. La EBAU definitiva, ya con todos los cambios -se incorporan progresivamente para que el cambio no sea traumático para los escolares-, está previsto que entre en vigor en 2028.

En la valoración, las universidades sostienen que «no es realista afirmar que existe tiempo bastante para implementar dicho modelo en 2024 y se perjudicará gravemente al estudiantado que este curso esté matriculado en primero de bachillerato». En 2028 se implantará la prueba de madurez, pero hasta entonces los exámenes seguirán organizados por materias y cada año se irán incluyendo más ejercicios competenciales. Está previsto que en 2024 cada examen incorpore una pregunta de este tipo y en 2025, dos.

Un portavoz del Ministerio de Educación afirma que este no tiene intención de atrasar las fechas, pues «tras decenas de reuniones con los representantes de las universidades, las autonomías y los evaluadores de la EBAU ya se acordó [en diciembre de 2022] prorrogar el cambio a 2028». El miércoles, en una sectorial de Educación, de nuevo las comunidades gobernadas por el PP volvieron a reclamar parar el calendario de reforma para implantar una Selectividad única, pero el portavoz relata que no pidieron una demora.

El borrador del nuevo decreto de Selectividad, que se conoció en febrero, prevé que las pruebas duren 105 minutos, no los 90 minutos de la idea inicial del Ministerio de Educación. Este, tras escuchar a los expertos, considera que se necesita más tiempo para razonar con el nuevo modelo que cuando se trata de trasladar lo memorizado. Por ejemplo, una parte del examen no va a partir de una pregunta, sino de una fotografía, un cuadro, una infografía o un gráfico sobre el que el candidato hará una serie de razonamientos y extraerá conclusiones.

Esta duración de los exámenes preocupa a las universidades, que abogan porque los estudiantes cuenten con una hora y media como máximo. En la actualidad, las pruebas duran 90 minutos y entre ellas hay un descanso de al menos 30 minutos.

Entre las razones, consideran que dilatar el horario «supondrá inevitablemente ampliar los días dedicados a las pruebas y, como consecuencia, habrá un retraso en los procedimientos de preinscripción, admisión y matrícula». Creen que con la extensión del horario habrá que aumentar los días de pruebas -suelen ser en tres días, salvo en comunidades con lengua cooficial- para dejar tiempo de descanso, y eso podría «implicar la vuelta a la realización de la fase extraordinaria en septiembre».

La intención del Gobierno es que el decreto se apruebe antes de que los alumnos de segundo de bachillerato empiecen el curso en septiembre, para que sepan qué pruebas tendrán que hacer.

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