Pacto educativo

Se ha aprovechado la crisis para reducir el gasto público en educación y sanidad

La débil cultura política de este país hace posible que se difundan tópicos sin el menor fundamento, que con frecuencia influyen decisivamente en las preferencias colectivas y en los resultados electorales. Así por ejemplo, en los últimos tiempos se ha dicho que un gran pacto educativo, que unifique los criterios y sirva para confeccionar leyes consistentes y duraderas, es particularmente necesario porque nuestro déficit educativo no se debe a una falta de financiación, que es suficiente, sino a las deficiencias estructurales del modelo. Seguro que quienes lean estas líneas lo habrán escuchado con alguna frecuencia.

El último informe de la OCDE es sin embargo bien ilustrativo, con la particularidad de que la información que proporciona este organismo internacional ha tenido que ser supervisada por Montserrat Gomendio, actual directora adjunta de la Dirección de Educación en la OCDE tras haber desempeñado la secretaría de Estado de Educación con el ministro José Ignacio Wert, actualmente —qué casualidad— embajador de España en la OCDE. Y los datos no arrojan dudas de interpretación: el gasto educativo español es inferior a la media de los 35 países de la OCDE en todas las etapas educativas. Algo que nunca se reconoció mientras Wert y su antigua número dos, que también es su compañera, dirigían la educación en España y sacaban adelante una ley impuesta -sin el respaldo de la comunidad educativa ni de todas las demás fuerzas políticas- que tiene escasas posibilidades de llegar a entrar completamente en vigor.

Conviene recordar que cuando este país ha empezado a crecer después de la profunda crisis, lo primero que ha planteado el gobierno ha sido una bajada del IRPF, mucho antes de regresar a los anteriores niveles de gasto público en sanidad ni en educación. Quiere decirse que lo ocurrido en realidad es que se ha aprovechado la crisis para rebajar conscientemente el estado de bienestar, par limitar el papel del Estado y mermar por tanto la igualdad de oportunidades. Porque este, el de la igualdad de oportunidades, ha de ser el gran objetivo del sistema educativo: cada cual ha de poder llegar formativamente hasta donde quiera y le permitan sus capacidades, sin que el nivel económico pueda frustrar una vida ni limitar un horizonte. Queda, en definitiva, mucho por hacer, y debemos designar con mucho cuidado a quienes hayan de llevarlo a cabo.

Antonio Papell.- Periodista

Antonio Papell. Periodista

Antonio Papell. Periodista

Pacto educativo ( Diario de León – 23/09/2016 )

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