La Universidad de León -ULE- realiza el currículo de Educación Física para los colegios españoles

  • El profesor de la ULE Ángel Pérez Pueyo ha sido el responsable del currículo de Educación Física de la Lomloe, con un equipo integrado por egresados leoneses, dice que la «Educación Física preparará al alumno para que después lleve un estilo de vida activo»

Ángel Pérez Pueyo en la facultad de INEF de la Universidad de León. F. Otero Perandones.

«La mejor receta para una buena salud la saben todos los médicos: el ejercicio físico». Con esta frase como premisa, el profesor de la Universidad de León Ángel Pérez Pueyo ha trabajado en el desarrollo del currículo educativo de Educación Física para la nueva ley educativa, la Lomloe, que entrará en vigor previsiblemente, el próximo curso. Unos cambios de los que principalmente ha trascendido que se impulsará el uso de la bicicleta y la educación vial en el marco de la materia que antes se conocía como Gimnasia, aunque Pérez Pueyo tiene un planteamiento con miras más amplias.

El Ministerio de Educación y Formación Profesional le envió un correo electrónico en el que le pedían su colaboración para elaborar el currículo educativo de Educación Física, tras conocer su amplia trayectoria profesional primero como maestro y ahora en la Universidad de León en la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de Fundamentos de Didáctica de la Actividad Física, además de en el máster de profesorado, sus reconocimientos, sus publicaciones, su visión innovadora de la materia y, también, su implicación como docente, capaz de conseguir que todos los alumnos saquen lo mejor de sí mismos, lograr la famosa equidad por la que ahora se aboga y que también «busca la reforma educativa».

El primer paso que tuvo que dar fue crear un equipo de trabajo «representativo (de Primaria, Secundaria y Bachillerato), en activo y con trayectoria» y, para ello, no tuvo que buscar muy lejos. «Fundamentalmente todos son egresados de la Universidad de León, aunque estén ahora trabajando fuera», explica, alabando la calidad de la institución leonesa tanto como la de los integrantes del equipo, al que después sumó otro grupo de revisores, con amplia representación autonómica.

El equipo que se ha volcado en la elaboración del currículo, los leoneses Óscar Casado, Jorge Garrote, David Hortigüela y el andaluz Alfonso Vargas, todos ellos egresados de la Universidad de León, a los que se incorporó el segoviano, aunque titulado en Madrid, Carlos Heras.  Todos ellos coordinados por Óscar Urra, el responsable del Ministerio de Educación y Formación Profesional al frente de la competencia Aprender a aprender.

Razonar
«No tiene sentido que un alumno sepa algo de memoria si no sabe cómo debe utilizarlo»

El primer inciso que hace Ángel Pérez Pueyo es que la Lomloe busca «cumplir con las directrices europeas, que en España no se estaban cumpliendo en el desarrollo educativo». Así, concreta que la Lomloe sigue siendo una adaptación de la Loe, «la ley que sigue en vigor» y que la reforma tan sólo afecta a los aspectos que introdujo la Lomce del ex ministro de Educación Wert.

Su aspiración es que la Educación Física cuente con tres horas semanales, algo que sólo sería posible «reorganizando las asignaturas en ámbitos (sociolingüístico o científico-técnico, por ejemplo), trabajando varios profesores por proyectos». La línea de trabajo del profesor de la Universidad de León se centra en la evaluación formativa, el trabajo por competencias, la Educación Física, la autorregulación y las metodologías activas en el ámbito educativo.

Todas estas perspectivas educativas innovadoras, aunque algunas arrastran mucha historia a sus espaldas pese a que ahora han sido redescubiertas, son las que ha trasladado al nuevo currículo educativo de Educación Física, y con la intención de lograr que den un salto más allá del aula y se conviertan en beneficiosas para el propio alumno y la sociedad.

«El objetivo es que todo el alumnado llegue a disfrutar en clase para que después disfrute del deporte en su tiempo libre», explica. Para el profesor leonés es fundamental que «todos los alumnos tengan experiencias positivas para que cambien la percepción de su propio cuerpo», «que todos sean competentes motrizmente, tanto en grupo como de forma individual, en entornos urbanos y naturales, a los que volverán en su tiempo libre si se explorar durante las clases». Entre las ideas que plantea el nuevo currículo está que se acuda al centro educativo en bicicleta y se impulsen los desplazamientos activos a través de senderos escolares y, en esta línea también se impulsa la educación vial. Estos planteamientos han sido muy aplaudidos desde la Dirección General de Tráfico y varias fundaciones.

«El sistema actual no atiende a la diversidad, pero las metodologías activas consiguen que todos avancen aunque tengan diferentes ritmos», explica, para añadir que entre su trabajo ha estado el enfoque competencial y la secuenciación de las competencias en la nueva ley, lo que se traduce en definir los niveles de logro de un alumno en las diferentes etapas fijando los descriptores de competencia. «Ahora serán las comunidades las que deberán fijar esas competencias en los ciclos», añade, en relación a que se verán las diferencias entre ellas a la hora de evaluar.

Más allá del aula
«El objetivo es que todo el alumnado disfrute en clase para que después haga deporte en su tiempo libre»

Pérez Pueyo incide en que hay muchas clases de Educación Física muy buenas, «pero no siempre se consigue que todos los alumnos tengan experiencias de éxito y eso reduce después que estos alumnos que no llegan tengan una vida activa». Entre sus logros, que alumnos sin un brazo y una pierna sean capaces de saltar a la comba doble o que otro con problemas en una mano llegue a hacer malabares como el resto de sus compañeros. No hay límites, porque «aunque no es fácil, tampoco es imposible». Por este motivo apuesta por «cambiar la forma de trabajo, ésta sería la clave para tener una sociedad más activa».

Su objetivo es llegar a todos. «Tenemos que preocuparnos por los chicos que no han tenido experiencias positivas, que viven en contextos desfavorecidos, que tienen peor alimentación y otras preocupaciones», señala, para volver a insistir en que «los niños con buen rendimiento no van a tener problemas, ellos no son los que a mí me preocupan, y la gente sólo se da cuenta de que el sistema falla cuando tiene un hijo que no destaca. Por eso, los profesores, que se dejan la piel en el aula cada día, necesitan ayuda para poder sacar a todos adelante». Su objetivo fundamental es conseguir que a través de la asignatura de Educación física el alumnado «consiga un estilo de vida saludable y ecosaludable», que todos estén integrados en el grupo, «que nadie se que de atrás, que todos tengan experiencias positivas».

Pero para que todo este dé sus frutos, Ángel Pérez Pueyo exige «un esfuerzo a las administraciones educativas con la formación permanente del profesorado, que debe realizarse en la propia clase, no fuera del horario lectivo». Reclama apoyo para los docentes «cuando trabajan, no después, porque contar con más recursos aplicando el sentido común no supone mucho más coste».

Ángel Pérez Pueyo en la facultad de INEF de la Universidad de León. FERNANDO OTERO

«La Educación Física prepara al alumnado para afrontar una serie de retos fundamentales que pasan por la adopción de un estilo de vida activo, el conocimiento de la propia corporalidad, el acercamiento a manifestaciones culturales de carácter motor, la integración de actitudes ecosocialmente responsables o el desarrollo de todos los procesos de toma de decisiones que intervienen en la resolución de situaciones motrices. Estos elementos contribuyen a que el alumnado sea motrizmente competente, facilitando así su desarrollo integral, puesto que la motricidad constituye un elemento esencial e indisociable del propio aprendizaje», resume.

Más allá de la asignatura de Educación Física, considera que la educación ha sido en España «un arma política», para clamar el tan ansiado e «imprescindible» pacto de Estado. Recuerda que Portugal ya nos ha adelantado en los informes tras lograr el consenso político. Contextualiza que ahora el mercado laboral «no busca gente que sepa mucho, sino que tenga habilidades y la escuela debe cubrir esto, «no tiene sentido que sepa algo, tiene que saber utilizarlo en la vida real».

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